La Prueba Del SilencioMuestra

¿En quién debo confiar?

La Palabra nos enseña que la confianza absoluta no debe ponerse en el hombre, porque el ser humano es frágil, limitado y cambiante. La escritura dice: "Esto dice el Señor: Maldito el ser humano que confía en su semejante; el que se apoya en otros seres humanos mientras se aparta del Señor". (Jeremías 17:5 PDT). Solo Dios permanece fiel, inmutable y verdadero. En Su palabra dice: "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre" (Hebreos 13:8 PDT).

Confiar no debe ser una emoción momentánea ni una decisión apresurada basada en lo que vemos por fuera, sino una elección guiada por el discernimiento que viene del Espíritu Santo. Aunque por naturaleza el hombre y la mujer fallan, existen aquellos que, al vivir en integridad delante de Dios, deciden no dañar y cuidar con respeto lo que les es confiado. La escritura dice: "Las mentiras terminan por descubrirse; la verdad permanece para siempre" (Proverbios 12:19 PDT).

Sin embargo, no todos merecen acceso a lo íntimo de tu vida. Entregar confianza sin dirección de Dios puede dejar heridas tan profundas que tarden años en sanar. Su palabra dice: "Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida" (Proverbios 4:23 PDT). No todos los que te rodean están preparados para guardar secretos ni para sostenerte en medio del proceso.

Pero una cosa sí puedes hacer: pedirle a Dios discernimiento. Cuando necesites abrir tu corazón, el Espíritu Santo te guiará a la persona correcta. No será alguien perfecto, pero sí alguien preparado por Dios para escucharte y cuidarte. La diferencia entre escoger por ti mismo y dejar que el Espíritu Santo te dirija es que tú puedes equivocarte, pero Él jamás se equivoca.

Tener una relación cercana con Dios es esencial para decidir en quién confiar. El Señor no te pide que nunca confíes en otro, sino que no pongas tu confianza en el hombre al punto de apartar tu mirada de Él. Su palabra nos enseña: "Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en la gente" (Salmo 118:8 PDT). La verdadera confianza empieza en Dios, y desde allí fluye hacia las personas correctas que Él pone a tu lado.

Enseñanza de hoy

Antes de abrir tu corazón y compartir lo íntimo de tu vida, ora. La fidelidad y la lealtad no se demuestran con palabras en una conversación, sino con el fruto del tiempo y la constancia.