Viviendo en BabiloniaMuestra

UN DIAMANTE BRILLANDO EN BABILONIA

Babilonia era el fruto de Babel, Babilonia era la joya de esta idea de conquistar el mundo con el esfuerzo humano. El orgullo de Babel por alcanzar “un gran nombre” y lograr que con su esfuerzo se levantara “una torre” que llegara hasta el cielo fue la base de la cultura de Babilonia.

Aquí es donde empieza la acción. Daniel, ahora que ya no estaba en Jerusalén, se encontró en medio de una sociedad sin principios morales, pero con muchos logros materiales y tecnológicos de la época. Como nosotros hoy, que estamos “exiliados” en un mundo que busca prosperar materialmente, pero sin Dios.

No hay nada de malo en prosperar, crecer o avanzar, pero debemos entender que no hay prosperidad verdadera sin Dios.

Babilonia le presentó a Daniel el gran desafío de vivir superficialmente su fe. Lo invitaron a la corte real, a servir con el rey, y tuvo este ofrecimiento: vas a estar bien, pero vas a estar sin tu Dios. Le dijeron: — “vas a mejorar y crecer en el palacio”.

Y él hizo cuentas: con todo lo material, pero sin Dios ... y concluyó: ¡en esta trampa no voy a caer!

No es bueno ignorar las bases y principios que Dios nos dejó en la Biblia. Vivir sin Dios, nos llenaría de orgullo, y ese es el primer pecado de la lista de Proverbios 6:16-19: los “ojos altivos…”. Daniel Se IDENTIFICÓ con DIOS, tomando decisiones valientes de fe aun en los detalles pequeños.

Daniel aprendió que alcanzar algo grande depende de pequeñas decisiones que van alineadas a los principios de Dios que recibió cuando estaba con su pueblo, y el RESULTADO: Dios le dio gracia y buen testimonio ante el jefe de los eunucos e incluso delante del rey. Entonces, vemos que es PROMOVIDO; aún siendo esclavo, lo vemos crecer y sobresalir.

En nuestra lectura de hoy, Proverbios 6, justamente dice lo que NO debemos hacer; mientras que Romanos 12 dice lo que SÍ debemos hacer. Afirmar nuestra fe en Jesús nos permite entender lo que es el “sacrificio vivo”, que muchas veces tienes que morir a ti mismo, tomar tu cruz, pensar con cordura acerca de ti, no con orgullo. Somos miembros del cuerpo de Cristo y Dios nos dejó dones para lucir delante de los demás y servir a Dios.

Daniel actuó conforme la Palabra de Dios.

No caigas en la trampa de Babel; aunque vivas en circunstancias difíciles, afirma tus convicciones, y tu fe se verá recompensada con creces.

REFLEXIÓN: Recuerda que aún en medio de un mundo injusto, violento y sin principios, Dios es real; es tu escudo y fortaleza, te ama y tiene siempre algo bueno para ti.