La Mente: ¿Aliada O Enemiga?Muestra

A veces, los sentimientos y pensamientos que más recurrentemente vienen a nuestra mente tienen como raíz el temor. El ser humano, desde su caída, es temeroso del futuro, del presente, de lo que le acontecerá a él o a sus cercanos, de si tendrá para comer y vestirse. Resumidamente, cada uno de nosotros tenemos nuestras luchas por las que debemos combatir al temor. Por eso hay tantas promesas de Dios que parten de la base del “No temas”.

Ahora bien, ¿qué afirma la Escritura en 1 Juan 4:18 (RVR)? "De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor". Entonces, llegamos a la conclusión de que cuando cualquiera de nosotros sentimos temor, por la razón que sea, quiere decir que aún no conocemos a Dios como deberíamos en esa faceta en que estamos sintiéndonos así. Pidamos al Señor ser perfeccionados en amor, porque esa es su esencia.

El temor está gobernado por malos pensamientos que nos alejan a nosotros mismos del diseño divino, destruyendo nuestra identidad y también nos apartan de la voluntad de Dios, dejando de cumplir lo que Él ha mandado.

Por eso, reafirmemos nuestra mente, orando por tener la mente de Cristo, para que se produzca en nosotros el querer y el hacer y se cumpla así su buena voluntad.