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Ceguera Espiritual

DÍA 1 DE 3

Los Ojos del Entendimiento

"Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista." (Lucas 24:31 RV1960).

Nuestros ojos físicos son un regalo maravilloso. Con ellos podemos distinguir colores, apreciar la belleza de la creación, leer, observar, enfocarnos y hasta expresar emociones sin necesidad de palabras. Basta con una sola mirada para transmitir alegría, tristeza, compasión o amor. Recordemos aquella mirada de Jesús hacia Pedro después de haberlo negado tres veces: no fueron palabras las que tocaron lo más profundo de su corazón, fue esa mirada llena de amor, compasión y verdad la que le hizo llorar amargamente, pero también lo impulsó a levantarse.

La mirada es fundamental, pero hay algo aún más profundo: la capacidad de ver con los ojos del entendimiento. La Biblia nos enseña que no solo tenemos ojos físicos, sino que nuestro entendimiento también tiene ojos. ¿Cómo es esto posible? Significa que hemos sido diseñados no solo para percibir lo visible, sino también para interpretar la vida con claridad espiritual, esperanza y sabiduría.

Cuando los discípulos de Emaús caminaban tristes y confundidos tras la muerte de Jesús, Él se les acercó, pero no lo reconocieron. Su entendimiento estaba velado. Fue hasta que sus ojos fueron abiertos que pudieron reconocer que aquel caminante era el Maestro resucitado. Así funciona también en nosotros: muchas veces caminamos con Jesús, pero no lo reconocemos porque nuestros ojos del entendimiento están cerrados o nublados.

El apóstol Pablo oraba intensamente por la iglesia de Éfeso diciendo: "alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos," (Efesios 1:18 RV1960). Aquí está el punto central: cuando los ojos del entendimiento son alumbrados, recibimos revelación de la esperanza, del propósito y de la herencia gloriosa que tenemos en Cristo. Pero cuando esos ojos están entenebrecidos, vivimos en oscuridad interior, en ignorancia y en dureza de corazón. Esa es la verdadera ceguera espiritual.

La ceguera del entendimiento puede manifestarse de muchas formas: cuando no logramos ver más allá de nuestros fracasos, cuando el resentimiento o la culpa nos hacen interpretar mal nuestro pasado, cuando la ansiedad nos roba la claridad del presente, o cuando la falta de fe nos impide mirar hacia el futuro con esperanza. Es como si camináramos con los ojos vendados, chocando una y otra vez con las mismas piedras.

Por eso necesitamos que los ojos del entendimiento sean abiertos por el Espíritu Santo. No se trata solo de adquirir información o acumular conocimiento, sino de tener revelación. Es la diferencia entre leer un texto y comprenderlo, o mirar una situación y discernir lo que Dios está haciendo en ella. La revelación nos permite ver lo que otros no ven, y reconocer lo que está oculto a los ojos naturales.

Abrir los ojos del entendimiento también implica aprender a mirar con fe. Donde otros ven imposibles, el que tiene entendimiento alumbrado ve oportunidades. Donde otros ven derrota, el que tiene visión espiritual ve la victoria que Dios ya preparó. Donde otros ven un desierto, el que tiene revelación puede ver manantiales de agua viva que están por brotar.

Jesús mismo dijo: "La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;" (Mateo 6:22 RV1960). El ojo del entendimiento es esa lámpara interior que nos da dirección. Si está sano, si está lleno de luz, entonces nuestra vida caminará en claridad. Pero si está enfermo, nuestra vida estará llena de tropiezos y confusión.

Hoy el Espíritu Santo quiere alumbrar tus ojos para que dejes de mirar solo lo natural y empieces a ver lo sobrenatural. Quiere que ya no interpretes tu vida desde el dolor del pasado ni desde la confusión del presente, sino desde la esperanza del propósito eterno que Dios tiene para ti.

Pregunta para reflexionar

¿Están tus ojos del entendimiento abiertos para reconocer a Jesús en medio de tu vida diaria, o todavía caminas con ellos nublados por la confusión y la dureza del corazón?

Oración

Señor, abre los ojos de mi entendimiento. Quiero verte en cada detalle de mi vida, reconocerte en mi caminar, comprender tu propósito y vivir en la esperanza a la que me has llamado. Quita toda ceguera espiritual, disipa las tinieblas de mi corazón y alumbra mi interior con la luz de tu Espíritu. Amén.

Acerca de este Plan

Ceguera Espiritual

Cuando los ojos de nuestro entendimiento están empañados, nublados o cegados, necesitamos que sean alumbrados urgentemente.

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Nos gustaría agradecer a Willington Ortiz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: willingtonortiz.org