¿Realmente Entiendo Mi Relación Con Dios?Muestra

Día 1 – ¿Entender?
A veces pensamos que “entender” a Dios es solo acumular conocimiento, pero en la Biblia tiene un sentido mucho más profundo. En hebreo antiguo la palabra es “Sakal”, y se traduce como ser prudente, sabio, prestar atención y, sobre todo, prosperar en base a lo conocido. Esta palabra aparece 75 veces en la Escritura, pero es en Jeremías 9:23-24 donde Dios mismo lo deja claro:
Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme.
Por eso este plan empieza con esa palabra: entender. Porque la fe no se trata solo de emociones, sino de un conocimiento real de quién es Dios. Eso nos protege de desviarnos del propósito y de arrastrar a otros por un camino equivocado (Mateo 15:14).
Desde el inicio quiero invitarte a abrirte a la Palabra con vulnerabilidad. Ella no solo es una guía para el futuro, también es un instrumento de corrección, dado por amor. Incluso si creemos que ya sabemos todo, necesitamos de su dirección para caminar conforme a Su voluntad.
- ¿Quién soy delante de Dios?
La respuesta es hermosa: somos hijos de Dios. Esa es la manera en que el Padre responde al deseo más profundo del corazón humano: tener valor y propósito. Nos nombró herederos del Altísimo y coherederos con Cristo (Romanos 8:16-17).
¿Y sabes qué es lo más asombroso? Que Dios no sólo nos salvó de la perdición eterna, como ovejas que iban al matadero. También nos sacó del lodo, nos limpió y nos vistió con ropas y coronas dignas de hijos del Rey.
Un ejemplo increíble es el rey David. Se suele hablar mucho de sus pecados, y él mismo los confesó con lágrimas en los salmos (Salmo 51). Pero pocas veces recordamos que, en esos momentos de mayor humillación, él seguía siendo rey. Ni la corona ni la riqueza lo apartaron de volver una y otra vez a Jehová.
¿Por qué? Porque David entendía algo clave: esa corona venía de Dios , y su lugar en el corazón del Padre era mucho más grande que cualquier autoridad en la tierra (Hechos 13:22).
Tengamos ese recuerdo perpetuo en nuestra mente: que por más bajo o miserables que estemos en el mundo, o por más honra y gloria que recibamos de la sociedad, esa corona de hijos del Rey que nos puso después de sacarnos de donde nos sacó, es lo que nos hace lo que más ama Dios en la existencia entera delante de Él (Efesios 2:4-7; 1 Juan 3:1). ¡Qué bueno es nuestro Dios!
- Oración guiada
Padre, gracias porque mi valor no está en lo que tengo ni en lo que el mundo dice de mí, sino en que soy tu hijo. Enséñame a entenderte más y a caminar cada día según Tu voluntad.
- Aplicación del día
Hoy tómate un momento para preguntarte: ¿En qué cosas suelo poner mi identidad antes que en Dios? Escríbelas en una hoja y preséntalas en oración, entregándole a Él ese lugar en tu vida.
Acerca de este Plan

A veces, al dar nuestros primeros pasos con Cristo o incluso tras años caminando con Él podemos inventar nuestra propia versión de quién es Dios y qué lugar ocupa en nuestra vida. Te invito a detenerte por un momento, a abrir el diccionario de tu corazón, y comparar esa definición con la única verdad que no cambia: Su Palabra.
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Nos gustaría agradecer a José Milián por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/jose_milanesa