El Otro hermano del hijo pródigoMuestra

El hijo menor

Tal vez sea una de las parábolas más predicadas del Nuevo Testamento. Hasta, en algún punto, aburre leer u oírla de nuevo. De hecho, dudé en escribir este devocional, pero luego de orar y esperar la dirección de Dios, entendí que yo soy un claro ejemplo de lo que les voy a tratar de transmitir. Así que, manos a la obra.

Cuando Lucas registró la parábola del hijo pródigo, también dejó asentado el contexto en el que Jesús la estaba enseñando. El inicio del capítulo 15 menciona que los recaudadores de impuestos y pecadores escuchaban la enseñanza del Maestro, mientras que los fariseos murmuraban entre ellos: "¿Por qué un rabí comía con ellos?".

Ver este cuadro completo nos da un mejor panorama a la hora de entender por qué Cristo dijo lo que dijo en ese momento. Por un lado, había religiosos que seguían la Ley de Moisés; por otro lado, pecadores que hacían lo que querían. Hermanos mayores y hermanos menores. ¿Cuántos saben que, la mayoría de las veces, no se llevan tan bien?

Jesús, en su sabiduría, mete a estas dos clases de personas en una misma historia y, en el versículo 12, dice que el menor pidió la herencia y el Padre repartió los bienes a los dos.

Bueno, ya sabemos que el menor se fue de fiesta y derrochó todo su dinero en pasarla bien, como todo pecador. Ese fuimos tú y yo, cuando pedimos las bendiciones del Padre pero le dimos la espalda. Aun conociendo, aun estando en su casa, aun recibiendo de su amor. Todos somos el hermano menor en esta historia; sin excepción.

Momento Clave: Derrochamos las riquezas de su herencia en seguir nuestros sueños, deseos y metas, pero desconectados del Padre.

Reflexión

¿Sientes que le diste la espalda a Dios y no sabes cómo volver?

¿Conoces a alguien que estuvo en la casa de Papá y ahora está lejos?

Oración

Papá celestial, gracias por haber sido tan generoso con nosotros. Gracias porque, a pesar de que te pedimos bendiciones y nuestra herencia para derrocharla, Tú, con dolor de Padre, nunca nos negaste nada. Siempre confiaste en que volveríamos a Ti. Hoy te pedimos por los menores que conocemos y están lejos de Ti, para que los atraigas con cuerdas de amor.