Devocional Octubre "Lámpara a Mis Pies"Muestra

“Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos” (Nehemías 12:43 RVR1960)

Este versículo nos muestra un momento de celebración comunitaria en Jerusalén, cuando el pueblo levantó un cántico de gratitud después de la dedicación de los muros. No era solo una fiesta externa, era una respuesta a la fidelidad de Dios. Habían pasado por tiempos de oposición, desánimo y dificultad, pero ahora podían ver cumplida la obra.

Lo más hermoso es que la alegría no se limitó a unos pocos: hombres, mujeres y niños compartieron juntos el gozo del Señor. Fue una celebración que trascendió generaciones, un testimonio vivo que se escuchaba desde lejos. Esa imagen nos recuerda que la verdadera alegría no nace de las circunstancias externas, sino de reconocer lo que Dios ha hecho en medio de nosotros.

Hoy también podemos levantar “muros” en nuestra vida: muros de oración, de fe y de obediencia. Y cada vez que vemos cumplida una promesa de Dios, tenemos razones para celebrar en comunidad. Que nuestra alabanza sea tan fuerte que otros puedan escucharla y reconocer que Él sigue obrando en favor de Su pueblo.