Relación Con Dios: Ven Tal Como EresMuestra

Libre e íntimo acceso a Dios Padre

“¡Mi papá es bombero!”
“¡Pues mi papá es una estrella de pop!”
“¡El mío trabaja en el banco!”

“¡Mi Padre es Dios!”
¡Aleluya!

Como hijos e hijas de Dios, podemos estar orgullosos de nuestro Padre, como los niños que se jactan de sus padres entre ellos. Podemos correr hacia Él, descansar con Él y acercarnos a Él. Puedes y puedes hacerlo gracias a la posición que ahora tienes con Dios.

Pero, ¿también lo ves de esa manera? ¿También te acercas a Dios de esa forma? Porque eso es lo que Él quiere.

Imagina si los niños se acercaran a su padre de esta manera:

“Papá, papito, te amo, papá, si es tu voluntad, papá, tal vez, te ruego… no quiero molestarte, pero papito, entonces…”

Dirías como padre: “¡Tranquilo, qué pasa! ¡Solo pregunta, dime qué pasa!”

Encontramos tal actitud humilde y suplicante inapropiada para una relación entre padre e hijo cuando la relación es buena.

Sin embargo, a menudo nos acercamos a nuestro Padre celestial de esa manera. Rogamos, oramos y suplicamos de una manera que nada tiene de libre. Con gran incertidumbre, nos presentamos ante Dios solo para lograr algo de Él.

Eso no se ve como una “relación íntima” con Dios como Padre. No parece que tú lo conozcas personalmente, como un hijo conoce a su padre. Como alguien que sabe su “identidad” en Cristo y su posición con el Padre.

Dios no es un Dios que está “lejos”, ¡Él está cerca!
Primero, Él habita “en” ti (Juan 14:23).
Su Reino está 'entre' nosotros (Lucas 17:21).

En segundo lugar, tenemos un “Abogado” con el Padre.

1 Juan 2:1
“Hijos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.

Abogar significa, gracias a la mediación de alguien o por sugerencia de alguien, obtener algo. El diccionario da dos ejemplos del significado de abogacía:

1. Gracias a su abogacía conseguí el trabajo.

2. Su abogacía me ayudará.

En la abogacía hay un componente de ayuda. En el caso de tu posición con el Padre y cómo puedes acercarte a Él, se nos ha dado acceso libre e íntimo a través de Jesús. Él es el vínculo en esto, Jesús lo hizo posible.

¿Qué produce esta intercesión gracias a Jesús? Que podamos acercarnos a Dios con valentía. Mira también Hebreos 4:16:

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

Mientras que la reina Ester en el Antiguo Testamento no podía acercarse al rey sin previo aviso y podía incluso perder la vida, tú puedes correr al cuarto del trono de tu Padre en cualquier momento. Puedes saltar a Su regazo y decirle cuánto lo amas.

Por supuesto, le respetamos y adoramos, Él es Dios, ¡pero también es nuestro Papá! Eso lo hace muy personal.

No tenemos que acercarnos a Él con culpa, vergüenza ni condena. Podemos dejar atrás una actitud suplicante o incluso una actitud esclava, porque somos herederos de Dios por medio de Cristo (Gálatas 4:7).

¡Esa es tu nueva posición con el Padre!
¡Esa es una maravillosa buena noticia!

Así que conoce tu nueva posición y deja atrás una forma opuesta de acercarte a Dios. Ya no tienes que hacerlo más. Jesús lo ha hecho posible para ti. Sé tú mismo y ven como Su hijo o hija.

Porque ¡eso es lo que eres!

Dios nos acepta tal como somos, pero no nos deja en el estado pecaminoso en el que llegamos. Él nos transforma en hijos e hijas.

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Este plan bíblico se basa en una parte del libro GRATUITO “Viviendo en Plenitud”.