Relación Con Dios: Ven Tal Como EresMuestra

Nuestra posición ante Dios como Sus hijos

¿Con quién estás leyendo este plan? Invita a un amigo o familiar a leerlo contigo. Juntos aprenderán más.

¿Sabías que tienes una posición única y distinguida con Dios como Su hijo? Cuando aceptas a Jesús como Señor y Salvador, pasas de ser alguien que no puede conectarse con Dios a un heredero con acceso total y sin restricciones a Él.

Ese cambio tan significativo afecta mucho tu relación y posición con Dios. En este plan bíblico, aprenderás más sobre esto.

¿Alguna vez has considerado lo que significa ser un hijo de Dios? A medida que entendemos mejor nuestra posición, nuestra actitud cambiará y comenzaremos a acercarnos a Dios de una manera completamente diferente.

Nuestra anterior identidad
Todos nacemos en la oscuridad, lo que es especialmente evidente en nuestras vidas antes de Cristo. Éramos esclavos del dios de este mundo. Vagábamos por la tierra como ovejas perdidas.

Isaías 53:6:
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”.

Estábamos ocupados haciendo todo tipo de cosas, pero realmente no teníamos idea de qué rumbo estábamos tomando. Tal vez puedas recordar cómo eras antes de conocer a Dios. Muchas personas reconocen un cierto vacío en la vida que no podían eliminar antes de aceptar a Jesús. Eso tiene sentido porque todo lo que el mundo ofrece nunca nos cumplirá ni nos transformará en quienes estamos destinados a ser.

Pero Dios nunca lo quiso así. No debía ser de esa manera. Por eso vino Jesús.

Tu identidad ahora

¿Quién estás destinado a ser?
Un hijo o hija de Dios.
La Biblia dice que todos los que han aceptado a Jesús y creen en su nombre se convierten en hijos de Dios. Así de "fácil" Dios lo ha hecho para ti (Juan 1:12 y Gálatas 3:26).

Dios hace posible esa “filialidad” debido a Su gran amor por ti (1 Juan 3:1). No quiere nada más que todos en este mundo se conviertan en Su hijo o hija. Eso significa que puedes tener una relación de Padre e hijo con Dios. Tienes la posición de un hijo. ¡Increíble, verdad?

Fue Jesús quien hizo posible ese cambio de identidad. Dios envió a Su único Hijo porque nos amó tanto.

Juan 3:16:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Jesús era el Hijo “unigénito” de Dios. ¡Qué sacrificio! Pero ahora Dios tiene muchos más hijos e hijas, incluido tú.

Tu “posición” ha cambiado completamente. Ya no se trata de lo que “haces”, sino de quién eres.

Así que Jesús es la clave para esto. Él vino a restaurar algo especial. Más que perdonar nuestros pecados. ¿Qué exactamente? Lo aprenderás mañana.