Seguras en CristoMuestra

Cimentadas en el Evangelio

Lectura: Efesios 4:11-16

EOAO: Efesios 4:15

Más bien, al seguir la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo

En el texto

La inocencia de un niño es una de las cosas más dulces de presencia. Su asombro, curiosidad y la capacidad de creer todo lo qué escuchan hacen qué los días sean divertidos y llenos de recuerdos valiosos. Aunque es apropiado que los niños actúen así, sería extraño qué un adulto nunca dejara de comportarse como un niño. Más bien, maduramos con el tiempo.

Nuestra relación con Cristo también debe crecer con el tiempo. Este proceso se llama santificación. La manera en qué éramos y nuestro entendimiento de Jesús y de las Escrituras cuando por primera vez lo conocimos, no están destinados a quedarse estancados.

Recuerda que Pablo está llamando pueblo de Éfeso, y en consecuencia a nosotros, a crecer hacia la madurez. Les está diciendo a los creyentes que estén alerta ante las falsas enseñanzas, los engaños del mundo y las tentaciones del enemigo.

La forma como hacemos esto es hablando constantemente con la verdad acerca de Jesús, de Sus palabras y sus obras, y de animarnos y advertirnos unos a otros. Hablar la verdad de esta manera es un gran acto de amor que nos ayuda a madurar como Cristianas.

Si somos honestas, puede ser muy fácil desconectarnos de Jesús. Hay tantas distracciones, personas y cosas compitiendo por nuestra atención.

Si queremos “crecer en Cristo” y enfocarnos en lo qué realmente importa, es fundamental qué siempre tengamos las verdades del evangelio delante de nosotras. Y al hacer esto junto con otros creyentes, nos vamos fortaleciendo y uniendo más al compartir y recordarnos mutuamente las verdades del evangelio en nuestra vida diaria.

Oración

Jesús, te alabo por guiar a la iglesia como lo haces. Ayúdame a permanecer arraigada en el evangelio para no ser arrastrada por el engaño, las distracciones y las tentaciones. Amén.