La Esperanza Que No AvergüenzaMuestra

Gloriarnos en la tribulación — una perspectiva redentora

“(…) y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones (…)” (Romanos 5:2b-3a RVR1960).

El creyente no evade la tribulación; la transforma en un escenario de gloria futura.

Habiendo establecido nuestra posición en la gracia, Pablo da un paso sorprendente: nos llama a gloriarnos en las tribulaciones. No se trata de un masoquismo espiritual, sino de una perspectiva redentora. Sabemos que las tribulaciones producen paciencia, carácter probado y esperanza (v.3-4).

El sufrimiento, lejos de ser un obstáculo, se convierte en el gimnasio donde nuestra fe se fortalece. La tribulación no destruye al creyente, sino que revela la solidez de la obra de Dios en él. Este gozo en medio de las pruebas es posible solo para aquellos que saben que están firmes en la gracia.

¿Estoy enfrentando las dificultades como oportunidades para que Dios refine mi carácter, o sigo viendo la tribulación solo como un castigo o un estorbo?