La Esperanza Que No AvergüenzaMuestra

Paz con Dios — el inicio de todo

"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" (Romanos 5:1 RVR1960).

La paz con Dios no es un sentimiento ocasional; es una realidad permanente lograda por Cristo.

Pablo afirma que, como resultado inmediato de la justificación por la fe, basado en la gracia de Dios, tenemos paz con Dios. No se trata de una sensación emocional, sino de un estado objetivo: la enemistad entre Dios y nosotros ha sido resuelta por la obra de Cristo (Colosenses 1:20-22). La justificación pone fin al juicio pendiente y nos reconcilia con Dios de manera definitiva, al permitir apropiarnos de la justicia de Dios por medio de la fe en Cristo. Así la sentencia de culpa es transformada en una sentencia de justificación.

Esta es una paz con Dios; la batalla entre Dios y nosotros ha acabado – y Él ganó, ganándonos a nosotros.

Esta paz es más que la ausencia de conflicto; es la restauración de una relación rota. No depende de nuestros altibajos espirituales, sino de la suficiencia de la obra de Cristo. La paz con Dios es la base sobre la cual se construye la vida cristiana. Sin esta certeza, es imposible vivir con gozo y seguridad.

¿Estoy viviendo cada día desde la certeza de que ya tengo paz con Dios, o sigo intentando ganar Su aceptación?