La Esperanza Que No AvergüenzaMuestra

Acceso a la gracia — un lugar de permanencia

"Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes (…)” (Romanos 5:2a RVR1960).

La gracia no es una visita ocasional; es un espacio donde estamos llamados a permanecer firmes.

Toda la vida cristiana es el fruto de la gracia. Cristo por la gracia nos abre el acceso a la presencia de Dios. La gracia es un puerto seguro donde permanecer firme (continuo) ante cualquier circunstancia.

Pablo no solo nos dice que fuimos reconciliados, sino que también tenemos “entrada” a la gracia (una posición, una posesión permanente). La palabra griega aquí implica una introducción a la presencia real y continua de Dios, como quien es llevado ante un rey. Este acceso no es intermitente; es un estado permanente para el creyente. No somos traídos a Dios con el propósito de una entrevista, sino a permanecer con él; para ser parte de su casa.

Estar firmes en la gracia significa vivir conscientes de que toda nuestra vida espiritual descansa en el favor inmerecido de Dios. No comenzamos por gracia para luego depender de nuestras obras; permanecemos y avanzamos por gracia (Gálatas 3:3). Esta posición nos libra de la ansiedad espiritual y nos capacita para servir desde la seguridad del amor divino.

¿Estoy permaneciendo en la gracia de Dios como fundamento diario, o me he acostumbrado a tratarla como un punto de partida que luego debo sostener por mí mismo?