Cicatrices Que HablanMuestra

El Poder de las Cicatrices
(Continuación)
Un joven guerrero, apenas marcado por la batalla, levantó la voz temblorosa:
—”¿Y no tuviste miedo?".
El Guerrero lo miró con ternura.
—“Sí. Sudé sangre. Pero no dejé que lo que sentía cambiara lo que ya sabía del Padre. Su gracia fue suficiente entonces… y lo será para ti también".
La brisa del desierto sopló entre ellos, y en ese instante, todos sintieron que sus propias heridas, físicas o del alma, eran vistas, comprendidas… incluso compartidas.
Y entonces, con las manos aún marcadas, Él miró a cada uno y dijo:
—"No estás solo. Tus cicatrices no te descalifican. Son parte de tu historia… y si me lo permites, parte de la mía también".
El fuego no se apagó esa noche, el corazón de cada uno ardía.
Las cicatrices ya no eran una vergüenza… eran un llamado.
APLICACIÓN PRÁCTICA:
- Cultiva la Gratitud
Tus cicatrices son prueba de que sobreviviste. Haz memoria de la fidelidad de Dios y agradece por cada momento en que Él te sostuvo. - Amplía tu Perspectiva
Otros necesitan escuchar lo que Dios ha hecho en ti. Tus heridas pueden ser palabras de vida para alguien más. Sirve desde la compasión, no desde la perfección. - Profundiza en la Palabra
No dejes que lo que ves y sientes hoy cambie lo que sabes de Dios. Busca en la Palabra su perspectiva, allí todo cobra sentido.
El Apóstol Pablo, nos dice: “Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo” (2 Corintios 12:9 NVI).
ORACIÓN SUGERIDA
Señor Jesús, gracias por mostrarme tus cicatrices. Gracias por caminar conmigo en las mías. Ayúdame a mirar hacia atrás con gratitud, a mirar hacia afuera con compasión, y a mirar hacia arriba con fe. Que cada herida sea usada para tu gloria. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

"Cicatrices que hablan” es un devocional de tres partes que nos lleva a seguir a Jesús. Habla de un Guerrero herido pero victorioso, quien nos recuerda que nuestras cicatrices no son señales de derrota, sino historias de gracia. A través de su ejemplo, somos invitados a mirar con gratitud, compasión, y una fe renovada. En nuestra debilidad, Su poder resplandece.
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Nos gustaría agradecer a José Gimenez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.yosoyglobalbarquisimeto.org/milagros-antes-y-ahora
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