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Cicatrices Que Hablan

DÍA 1 DE 3

Cicatrices que Hablan

El fuego en el campamento ardía con fuerza.

El cielo, teñido de naranja y púrpura, parecía guardar memorias de viejas batallas. Los guerreros se reunían en silencio alrededor del fuego. Rostros marcados, cuerpos endurecidos, miradas que hablaban sin palabras.

En medio de ellos se sentaba un Guerrero distinto.

No era el más alto ni el más fuerte, pero todos sabían que había atravesado batallas que ellos apenas podían imaginar. Sus ojos tenían algo diferente: compasión sin juicio, autoridad sin arrogancia.

Él rompió el silencio y comenzó a hablar de sus cicatrices.

—“Esta…” —dijo, extendiendo una mano traspasada— “…no fue hecha por una espada, ni en una lucha ordinaria. Extendí mi mano para salvar a muchos, La recibí por amor. Fui herido para que otros pudieran vivir; fui herido por manos humanas… pero sostenido por un propósito eterno".

Un silencio reverente cayó sobre los demás.

Algunos miraban sus propias cicatrices. Otros recordaban las que no se ven. Nadie hablaba, pero todos entendían.

—“Cada una de mis heridas tiene un propósito”, continuó, “y las tuyas también. Si estás dispuesto, pueden contar una historia más grande que tú. Porque mi poder… se perfecciona justo allí, en tu debilidad".

Continuará…

REFLEXIÓN PERSONAL

1. ¿Cuáles son tus cicatrices?

2. ¿Hay heridas del pasado, fracasos, pérdidas o dolores que todavía te cuesta aceptar?¿Cuáles son?

3. ¿A quién pudieras mostrar las tuyas para animarlo(a) a seguir?

Jesucristo no escondió sus cicatrices. Las mostró. Las usó para redención y te invita a hacer lo mismo: a ver tus debilidades como lugares donde Su gracia puede brillar más.

“Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme y vean; un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que los tengo yo" (Lucas 24:39 NVI).

Acerca de este Plan

Cicatrices Que Hablan

"Cicatrices que hablan” es un devocional de tres partes que nos lleva a seguir a Jesús. Habla de un Guerrero herido pero victorioso, quien nos recuerda que nuestras cicatrices no son señales de derrota, sino historias de gracia. A través de su ejemplo, somos invitados a mirar con gratitud, compasión, y una fe renovada. En nuestra debilidad, Su poder resplandece.

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Nos gustaría agradecer a José Gimenez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.yosoyglobalbarquisimeto.org/milagros-antes-y-ahora