El Poder Del EvangelioMuestra

La justicia revelada por la fe

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe (...)” (Romanos 1:17a RVR1960).

El Evangelio no exige justicia humana, revela la justicia divina accesible por la fe.

El Evangelio no solo nos habla de salvación, sino de justicia. Pero no es una justicia que el hombre alcanza por esfuerzo, religión o mérito. Es una justicia revelada: una provisión divina, no una conquista humana. Pablo usa el término “justicia de Dios” como un concepto central en la doctrina de la justificación.

Esta justicia no se descubre, se revela. Y lo hace en una sola dirección: por fe y para fe. Esto indica que el principio, el camino y el resultado es la fe. No comienza en la obediencia ni culmina en el esfuerzo humano, sino que todo el proceso es sustentado por la fe (Gálatas 3:11).

Dios nos justifica no porque seamos justos, sino porque Jesucristo fue hecho justicia por nosotros (2 Corintios 5:21). Esta es la belleza y escándalo del Evangelio: no se trata de lo que hacemos, sino de lo que Cristo hizo.

La fe es el canal por donde accedemos a esta justicia. No se trata de fe como esfuerzo psicológico o emocional, sino de confianza rendida en la obra perfecta de Cristo. El Evangelio es así un llamado a abandonar la autosuficiencia y confiar radicalmente en la gracia.

¿Confío más en mis méritos o en la justicia que Dios revela por medio de la fe en Cristo?