El Poder Del EvangelioMuestra

Sin vergüenza del poder de Dios

"Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego" (Romanos 1:16 RVR1960).

El Evangelio no es solo un mensaje, es poder divino para transformar vidas.

Pablo comienza con una declaración de valentía y convicción: “No me avergüenzo del evangelio”. En un contexto cultural hostil —donde los judíos lo veían como tropiezo y los griegos como locura (1 Corintios 1:23)—, Pablo proclama con claridad que el Evangelio es poder, dunamis, de Dios. No se trata de persuasión humana, sino de la fuerza divina que salva, regenera, libera y transforma.

Esta salvación no es selectiva ni elitista: es para todo aquel que cree. El énfasis está en la fe, no en la ascendencia. Dios actúa primero entre los judíos como parte de su plan redentor, pero incluye a todo el mundo en su oferta de gracia.

Hoy, muchos callan o se acomodan por temor a ofender o parecer radicales. Pero el que comprende el poder del Evangelio no puede callar. Como Pablo, somos llamados a vivir sin vergüenza y con valentía, sabiendo que llevamos un mensaje que resucita lo que está muerto.

¿He sentido vergüenza de hablar del Evangelio en mi entorno, o vivo como alguien convencido de su poder?