Una Sola Mente, Un Solo CorazónMuestra

Sin rivalidad ni vanagloria
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria (…)” (Filipenses 2:3 RVR1960).
El orgullo es el veneno de la unidad; la humildad, su antídoto.
Pablo señala dos enemigos mortales de la unidad cristiana: la contienda (eritheia, ambición egoísta) y la vanagloria (kenodoxia, gloria vacía). Ambas son expresiones del ego que busca sobresalir, competir y dominar.
El problema no es tener logros, sino usarlos como armas de comparación y orgullo. La iglesia no es un escenario para exhibirse, sino una comunidad donde nos vaciamos de nosotros mismos (Lucas 14:11).
La humildad comienza cuando dejamos de luchar por ser el centro. El evangelio nos llama a morir al ego y vivir para el otro, como Cristo lo hizo (Mateo 20:26-28).
¿Estás haciendo lo que haces en la comunidad por amor a Cristo o por buscar reconocimiento?
Escrituras
Acerca de este Plan

Filipenses 2:1-4 es un llamado a vivir en unidad, humildad y amor dentro del cuerpo de Cristo. Nos invita a dejar el egoísmo, cultivar una actitud compasiva y valorar a los demás por encima de nosotros mismos. Es un llamado práctico y contracultural que transforma nuestras relaciones personales, familiares y comunitarias, reflejando la mente de Cristo en toda nuestra manera de vivir.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:
https://leadershiftglobal.com/
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