La Gracia Que TransformaMuestra

La gracia que salva y enseña
"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres" (Tito 2:11 RVR1960).
La gracia no sólo nos rescata, también nos transforma.
La gracia trae salvación. Tú no sales y “consigues” salvación; esta llega a ti cuando tú tienes la oportunidad de recibirla. Todos los hombres encuentran salvación por la gracia de Dios.
Pablo declara que la gracia de Dios se ha manifestado, revelando la iniciativa divina en la salvación. No es un concepto abstracto, sino una persona: Jesucristo. Esa gracia es para todos; su alcance es universal, aunque su efecto es efectivo en quienes creen.
Pero lo impactante de este texto es que la gracia no sólo salva; también enseña. La palabra griega para “enseñar” implica entrenamiento, como el de un padre que forma a su hijo. Esto nos muestra que la gracia es también formativa: nos educa en el carácter del Reino. La Gracia es un maestro que enseñanza, alienta, corrige, disciplina.
No somos salvos para seguir igual. Somos salvos para experimentar una transformación, para ser formados por el Espíritu y conformados a la imagen de Cristo. Así, la gracia se convierte en una escuela continúa donde aprendemos a vivir como ciudadanos del cielo en la tierra.
¿Estoy permitiendo que la gracia de Dios no sólo me salve, sino que también me enseñe y transforme cada día?
Escrituras
Acerca de este Plan

Tito 2:11–15 revela cómo la gracia de Dios no solo salva, sino que enseña, transforma y nos prepara para la gloria venidera. Entre la primera y segunda venida de Cristo, vivimos en un proceso formativo, siendo llamados a rechazar lo mundano y pecaminoso, a vivir en santidad y a esperar con esperanza activa. La gracia nos da identidad, misión y motivación para una vida piadosa y con propósito.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://leadershiftglobal.com/