Mi Identidad en CristoMuestra

Soy perdonado

Cuando se habla del perdón de Dios, no solo se limita a soltar y olvidar nuestras ofensas y delitos hacia él, por medio de nuestro pecado, sino que va más allá de lo común y pensado. El perdón de Dios nos permite tener el placer de ser liberados, limpiados, transformados, renovados, nos da a disfrutar una nueva “identidad en Cristo”.

El perdón de Dios es tan hermoso y radical que no hay pecado que no pueda perdonar, dice su palabra que, si nuestros pecados fueran rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Así que no hay excusa que te limite a aceptar el perdón de Dios, razón para rechazarlo o argumentos para negarlo. En este día Dios te ofrece su perdón y una nueva identidad.

Te puedes estar preguntando ¿Qué debo hacer para obtener tal perdón del que estamos hablando? Primeramente, arrepintiéndote de tus pecados y apartarte de ellos, pero también algo muy importante es perdonarte a ti mismo.

Al tener el perdón de Dios no hay otra cosa más que agradecer y disfrutarlo, pero también nos demanda a nosotros a seguir perdonando aquí en la Tierra, como ejemplo de qué hemos sido perdonados y que más personas y jóvenes puedan seguir recibiendo el gozo del perdón de Dios y su nueva identidad.

Finalmente, el perdón de Dios nos da una esperanza eterna. A través de su perdón, somos reconciliados con Dios y tenemos además la promesa de una vida eterna acompañada de él.