De Muerte a Vida: Un Regalo Inmerecido De La Gracia De DiosMuestra

Pero Dios…
La gracia no nos mejora: nos resucita.
La expresión “pero Dios…” lo cambia todo. Aunque estábamos muertos, Dios actuó. Su amor es tan abundante, su misericordia tan grande, que no esperó a que nos arregláramos. Nos dio vida cuando aún estábamos sin vida, y nos unió con Cristo en su resurrección. No solo nos rescató del juicio: nos elevó con Él, nos sentó en lugares celestiales y nos incluyó en su victoria.
El motivo de Dios en la reconciliación son su misericordia y su gran amor. Todas las razones de la misericordia y el amor de Dios se encuentran en Él. No le damos ninguna razón para amarnos, sin embargo, en la grandeza de Su amor, Él nos ama con ese gran amor de todos modos.
Todo esto es pura gracia. No es el resultado de nuestro esfuerzo ni de nuestra bondad. Es un regalo que revela la generosidad y majestad de Dios. Nuestra historia no termina en muerte ni derrota, sino en restauración y esperanza eterna. Este amor es tan inmenso que necesitaremos toda la eternidad para explorar su profundidad.
¿Estoy viviendo cada día desde la certeza de que ya he sido resucitado con Cristo?
Escrituras
Acerca de este Plan

Pasar de muerte a vida es un regalo inmerecido de la gracia de Dios. Efesios 2:1-10 revela el antes y después de nuestra vida en Cristo: muertos en pecado, resucitados por gracia, y creados para buenas obras. Este plan devocional te invita a contemplar el poder salvador de Dios, a agradecer su gracia inmerecida y a caminar en la vida nueva que Él preparó para ti.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://leadershiftglobal.com/