Ansiedad - No Hay Edad Para SentirlaMuestra

La ansiedad no distingue edades. Puede tocar la puerta en la juventud, en la adultez o en la vejez. Pero así como no hay edad para sentirla, tampoco hay edad para vencerla.

Hay heridas del pasado que se han quedado sin resolver. Y esas "cosas sin resolver" a veces nos roban la paz en el presente.

En la juventud, luchamos con inseguridades, comparaciones y miedo al futuro. Jeremías también lo vivió, pero Dios lo animó a no temer. Si estás joven y te sientes ansioso, recuerda: Dios te llama, te respalda y te equipa.

En la adultez, la ansiedad se esconde entre el trabajo, las responsabilidades y la falta de tiempo. Como Marta, nos cargamos de muchas cosas y olvidamos lo más importante: detenernos ante Jesús. Él no te quiere agotado, te quiere presente y en paz.

En la vejez, el temor puede llegar por la soledad, la salud o la sensación de que "el tiempo ya pasó". Sara se rió de la promesa de Dios por su edad, pero Dios cumplió igual. No es tarde. Aún hay propósito. Dios no ha terminado contigo.

Oremos
Señor, gracias porque no importa mi edad, Tú estás conmigo. Hoy rindo ante ti mis heridas, mis miedos y lo que nunca resolví. Ayúdame a confiar en tu poder para sanar mi pasado, vivir en paz en el presente y esperar con fe tu obra en mi futuro. Amén.

Reto del día
Identifica una herida del pasado que aún no has enfrentado. Escríbela y ora específicamente por ella hoy.

Dios quiere sanar eso que nunca resolviste.