Ansiedad - No Hay Edad Para SentirlaMuestra

La ansiedad es el miedo anticipado de que algo malo pase, aunque aún no haya pasado. Es vivir mentalmente en el “¿y si…?”:
- ¿Y si no soy suficiente?
- ¿Y si fracaso?
- ¿Y si me rechazan?
Pero antes de enfrentar la ansiedad, muchos enfrentamos algo más silencioso pero igual de peligroso: la negación.

La negación es un disfraz espiritual. Es decir:
- "Como soy cristiano, esto no me puede pasar".
- "No me siento mal, solo estoy cansado".
- "Yo todo lo puedo, esto es debilidad".

Sin embargo, Dios no nos llamó a fingir fortaleza, sino a reconocer nuestra necesidad de Él. Vivir en negación es como cargar una maleta invisible que te pesa cada día. Es esconder heridas que no han sanado, pecados que no han sido confesados, dolores que no has querido enfrentar.

Sansón fue un hombre fuerte por fuera, pero quebrado por dentro. Mientras todos veían a un líder ungido, él luchaba con debilidades no tratadas. Hasta que un día, agotado, reveló su verdad y lo perdió todo (Jueces 16:16-17).

La sanidad no comienza con demostrar fuerza, sino con confesar tu debilidad. Cuando aceptas que necesitas ayuda, estás dando el primer paso hacia la libertad. Dios no rechaza al que viene con el corazón sincero. Él es refugio y sombra en medio del calor, incluso cuando ya no puedes más.

Oremos:
Señor, reconozco que he vivido en negación. He querido demostrar fuerza cuando por dentro me siento débil. Hoy elijo quitarme la máscara y abrirte mi corazón. Muéstrame las áreas donde necesito sanidad. Sé mi refugio y mi descanso. En el nombre de Jesús, amén.

Reto del día:
Escribe en una hoja o en tu celular aquello que has negado por años.
Un miedo, una herida, una culpa. Luego, ora en voz alta y dile a Dios: “Ya no quiero cargar esto solo. Te entrego esto que me pesa".

Hazlo hoy. La libertad comienza cuando lo sacas de la oscuridad.