Día Global de Oración Universitaria: Guía de Oración de 40 DíasMuestra

Día 8: Reconociendo la Voz de Jesús

El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia. (...) Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.
— 1 Samuel 3:1, 7-10

Al reflexionar sobre cómo Dios habló por primera vez a Samuel, recuerdo que incluso aquellos que tienen una gran vida de oración y oyen regularmente al Señor, tuvieron que comenzar por algún lado. ¡Eso me anima! ¿Quién de nosotros no ha luchado por escuchar la voz del Señor o distinguirla entre las demás voces en nuestra mente?

Aprecio cómo esta historia destaca la iniciativa de Dios hacia Samuel y su persistencia con él. ¡Dios no se rinde cuando Samuel le oye mal varias veces! Las palabras del Señor a Samuel son consistentes con la manera en que Él ha hablado a su pueblo en el pasado. Dios utilizó a Eli para ayudar a Samuel a discernir su voz y saber cómo responder.

¿Crees que Dios todavía habla a Su pueblo? ¿Que Él tiene palabras que decirte? Escuchar a Dios a menudo surge de cultivar un corazón atento y obediente, como el de Samuel. Algunas sugerencias son:

• Haz un hábito regular de apartarte del ruido de la vida para escuchar al Señor, meditar en las Escrituras y procesar con Él tus heridas, anhelos y realidades cotidianas. Cuando era universitario, solía tomar las tardes de los viernes para andar en bicicleta, encontrar un banco o una cafetería tranquila para leer Su Palabra, escribir en mi diario y simplemente disfrutar de estar con el Señor, como si fuera un amigo. Con estos momentos, junto con tiempos más breves diariamente, comencé a conocer Su corazón y Su voz, y a confiarle mi vida.
• Al igual que Samuel, necesitaba de otros para ayudarme a reconocer la voz de Jesús en medio de otras voces (por ejemplo, la mía, la de la cultura, la voz de un padre). ¿Con quién podrías relacionarte durante un tiempo para crecer en el conocimiento de Cristo y en su voz? Comparte tu vida, lee y medita en las Escrituras, oren juntos.

Estas dos simples prácticas, realizadas a lo largo del tiempo con otra persona, pueden tener implicaciones radicales para tu vida personal y para el Reino de Dios.

PUNTOS DE ORACIÓN:

• Reflexiona orando sobre la historia de Samuel (1 Samuel 3) y sus implicaciones para tu propia vida.
• Pregunta: “Jesús, ¿cómo te estás revelando a mí a través de este pasaje?”
• Ora para que Él te revele todo aquello que quiere mostrarte acerca de tu corazón, creencias o costumbres.

Por Sarah Courtemanche (Sarah es la coordinadora nacional de oración universitaria en The Navigators. También colabora con su esposo, quien supervisa los ministerios en campus en Nueva Inglaterra y Nueva York.)