Día Global de Oración Universitaria: Guía de Oración de 40 DíasMuestra

Día 37: La Alegría de Jesús

“En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis;”
— Lucas 10:21-23

Aunque es bueno vivir una vida de impacto, la mejor parte de seguir a Jesús no es vivir con un propósito, sino encontrarse con una persona.

Esta historia comienza con un marco amplio —los 72 discípulos volviendo a Jesús, rodeados de aquellos impactados por su ministerio—, y luego el enfoque se estrecha en dos momentos distintos. Primero, se concentra en Jesús “lleno de alegría por medio del Espíritu Santo” en medio de la multitud —una descripción singular que no se encuentra en ningún otro lugar del Evangelio—. Luego, se estrecha de nuevo cuando Lucas dice: “Señor, vuelve a bendecir a los ojos que ven lo que vosotros veis”, en forma privada.

No cabe duda de que los discípulos vieron y escucharon mucho en ese momento. Al observar a su alrededor, vieron personas sanadas por el poder de Dios mediante su toque, transformadas por la verdad expresada en sus predicaciones y liberadas de la oscuridad por la autoridad de Dios en sus palabras. Sin embargo, el pasaje sugiere que el movimiento que se gestaba a su alrededor era más secundario que primario; era más un telón de fondo que el verdadero enfoque.

En el sentido más inmediato, lo que vieron y escucharon cuando Jesús habló no fue tanto el creciente ímpetu de la multitud ni la cohesión del afecto comunitario, sino la cara alegre de Jesús —la imagen del Dios invisible sonriéndoles.
De hecho, contemplar la cara de Jesús es el fin de nuestra historia: “el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.” (Apocalipsis 22:3-4).

PUNTOS DE ORACIÓN:

• Pide a Jesús que te revele Su alegría, para que puedas contemplar Su sonrisa gozosa.
• Ora para que el pueblo de Dios viva vidas saturadas con la alegría de Jesús.

Ruega para que la alegría de Jesús nos capacite, como misioneros cotidianos, a encarnar el Reino dondequiera que vayamos.

(Adaptado de “Reviving Mission: Awakening to the Everyday Movement of God” ©2024 por Linson Daniel, Jonathan Hietbrink, Eric Rafferty y InterVarsity Christian Fellowship/USA. Utilizado con permiso de InterVarsity Press.)

Por Jon Hietbrink (Jon es vicepresidente en InterVarsity/USA, cofundador de la coalición EveryCampus, y coautor de "Reviving Mission: Awakening to the Everyday Movement of God.")