Provisión DivinaMuestra

Aves y Lirios

Jesús solía hablar con parábolas y elementos visuales para que quienes lo escuchaban pudieran entender a través de casos prácticos y situaciones habituales los valores del Reino. "Los lirios mencionados en el Nuevo Testamento probablemente eran el lirio escarlata (Lilium Chalcedonicum), que florece en la época del año en que se supone que se predicó el Sermón del Monte de nuestro Señor”, explica el Diccionario Bíblico de Easton. “Abunda en la región de Galilea; y sus hermosas flores escarlatas lo convierten en un objeto muy visible y llamativo, que naturalmente atraía la atención de los oyentes”. También, en esta parte del Sermón del Monte, nombra a la hierba. En aquellas épocas solían utilizar la hierba para cocinar. Así se horneaba el pan. Se cortaba, se secaba y luego se ponía en el horno y se prendía fuego para producir calor. Después se le ponía encima el pan, y de esta manera, se horneaba.

Jesús presenta los lirios y la hierba como elementos efímeros; que no duran mucho. No podemos hacer que las flores duren; en cuanto las cortamos comienzan a morir. Hoy existen en todo su esplendor pero mañana se marchitan. La hierba hoy está, mañana será quemada. Estas cosas maravillosas y perfectas vienen, van, y luego terminan. Son temporales. En contraste, nosotros somos eternos; Dios ha puesto la eternidad en nuestros corazones; no estamos destinados a morir. Y, aunque no podemos entender la totalidad de la obra de Dios, sabemos que si Él cuida de las aves que no siembran, ni cosechan ni guardan, sino que simplemente confían en su Creador día tras día y buscan su alimento, sabiendo que allí estará; con cuanto mas esmero cuidará de nosotros. Nuestra vida en este mundo es simplemente una preparación para una eternidad al lado de Dios. Si Él cuida de las aves, los lirios y la hierba, ¿cómo no cuidará de quien creó a Su imagen y semejanza?

A menudo llevamos nuestras preocupaciones ante Dios de manera reiterativa, y aunque Él siempre esta dispuesto a escuchar, la confianza en sus promesas se demuestra dejando nuestras preocupaciones en sus manos y permitiendo que, en su sabiduría, obre en nuestras vidas. Él no espera que estemos chequeando constantemente si ha movido alguna pieza en el puzzle de nuestra vida, sino que confiemos y esperemos en que, a su debido tiempo, recibiremos la respuesta que necesitamos. Él conoce la serie completa, pero nos la muestra de a capítulos. Él ya conoce el final de tu historia, Jesús está contigo en tu angustia y preocupación; no tengas miedo. Cuando somos niños y caminamos de la mano de nuestros padres nos sentimos seguros, miramos a todos y pensamos: estoy con ellos, me cuidan, no corro ningún tipo de peligro. A pesar de que ellos no tienen el poder sobrenatural que tiene Dios, tenemos fe en ellos. ¡Cuánto más se puede confiar en el Dios para el cual no hay nada imposible!

Dios es el creador de todo. Él es nuestro creador. Quien conoce cada centímetro de nuestro cuerpo, alma y corazón. Él sabe qué vamos a decir incluso antes que las palabras salgan de nuestra boca. Él conoce la cantidad exacta de nuestros cabellos. Él nos creó para honrarlo y sabe cómo hacernos vivir en plenitud. Él nos guía fielmente hacia el camino de una vida plena en Cristo. "Dios nunca simplemente ve sin actuar. Él es Dios. No es un participante pasivo en un mundo que existe sin que Él lo sustente" (Jhon Piper).

Una de las citas bíblicas que me ha ayudado a transitar épocas de incertidumbre y carencias, sean del tipo que sean, es Efesios 3:20: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros". Pablo expresa su confianza en que Dios puede contestar las oraciones y puede cumplir las expectativas de quienes lo aman de maneras que ni se imaginan. Mediante Su poder, Él puede sobrepasar nuestras expectativas y hacer muchísimo más de lo que podemos pedir o imaginar.

La Nueva Versión Internacional lo traduce así: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir”. A veces, sentimos que nuestros problemas son demasiado grandes o demasiado complicados, y que no tienen solución. A veces no sabemos ni cómo, ni qué pedirle a Dios, pero justo allí es cuando Él examina nuestros corazones. Dios no tiene límites: no hay nada que le impida entender la situación ni ayudar a sus hijos. Él puede solucionar los problemas justo en el momento adecuado y hacerlo de formas que nunca se hubieran imaginado. Confía en Dios, Él es la respuesta a todas tus necesidades.

"Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús" (Filipenses 4:4-7 NVI).