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Provisión Divina

DÍA 1 DE 3

Fe vs desconfianza

Hay momentos en la vida en los que nos sentimos desamparados, abandonados y olvidados y esto, aunque no es lo que deseamos, es completamente normal. La vida es un camino que fluctúa compuesto de distintas temporadas; algunas más alegres donde todo parece ir viento en popa; y algunas más complicadas donde todo parece ir mal y la tormenta no se disipa. En un mundo lleno de preocupaciones e incertidumbre por el futuro, resulta reconfortante conocer a un Dios fiel que conoce cada una de nuestras necesidades.

Aunque solemos limitar las carencias y la provisión a lo estrictamente material, si observamos con detenimiento podemos ver que las mayores carencias muy a menudo no tienen nada que ver con lo material. Las carencias emocionales suelen ser aún más significativas y trascendentales que las materiales, que, nos guste o no, suelen ser más sencillas de suplir dadas sus características. Vivimos en una época en donde la gratificación instantánea hace estragos en la vida de las personas y donde el vacío interior se acrecienta; hogares carentes de afecto, niñeces difíciles, relaciones frágiles que rara vez prosperan, falta de propósito, incapacidad de alcanzar una relación genuina con Dios y así podría seguir nombrando más ejemplos de carencias que todos hemos tenido en algún momento y en mayor o menor medida. Dios promete no desampararnos en el aspecto estrictamente material, pero también promete no desampararnos en el resto. No podemos limitar la provisión de Dios a lo tangible, pues Él promete brindarnos todo lo que necesitamos y más en todos los aspectos de nuestra vida; ya sea a nivel material, espiritual, emocional o relacional.

Ahora bien, ¿qué es lo que nos impide confiar en Dios en estos momentos de necesidad? La desconfianza. Según la RAE, la desconfianza implica "tener falta de fe o seguridad en la honestidad, integridad, capacidad o comportamiento de otra persona".

¿Por qué tenemos la osadía de pensar que Dios es deshonesto, falto de integridad o que no tiene las capacidades para proveer? ¿Por qué no confiamos en el Creador del universo? ¿Por qué nos cuesta creer que Dios puede proveer todo lo que necesitamos y mucho más, incluso siendo testigos de que ya lo hizo anteriormente? ¿Por qué somos tan ilusos de no confiar en nuestro Padre, dueño de todo, para suplir nuestras necesidades?

La Biblia define la fe como la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1), y en Hebreos 11:6 leemos que sin fe es imposible agradar a Dios. La desconfianza ofende, entristece y lastima el corazón de Dios.

Muchas veces, como seres humanos torpes e inexperimentados que somos, nos volvemos a Dios únicamente cuando sabemos que no podemos hacer nada más por nuestros propios medios y no nos damos cuenta de que, ya sea en los momentos de abundancia o en los momentos de escasez, siempre somos dependientes de Dios. Lejos suyo nada podemos hacer, incluso las cosas más simples, como respirar. Somos tan frágiles y dependientes de Dios que hasta en una acción tan básica, diaria, constante y automática, dependemos de Dios.

El apóstol Pablo en la carta a los Filipenses (4:11-13) nos dice: "He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Aunque muchos puedan tildar esta actitud de mediocridad o conformismo, el corazón de Pablo al escribir estas palabras, estaba enfocado en lo verdaderamente importante. Qué importante es tener plenitud, sea cual sea nuestra situación, entendiendo que nuestro gozo no puede depender de nuestras circunstancias, sino de contar con el amor y el perdón incondicional de nuestro Dios, quien sea cual sea nuestra circunstancia, no nos va a abandonar.

Pablo en esta misma carta escribe : "Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo" (Filipenses 3:7-8). Perder todo puede ser una manera de acercarnos al verdadero corazón de Jesús y entender lo que significa la provisión y la confianza divina. Una vez entendamos que nuestra confianza no debe estar puesta en las cosas terrenales, debemos ejercitar la paciencia y no ser escépticos a la maneras inexplicables en las que Dios puede obrar. Las cosas no siempre se dan de la manera que nosotros esperamos, y eso esta bien. Muchas veces creemos que Su provisión debe llegar a través de los medios convencionales y de las maneras que nuestra razón humana nos indica, no dejando lugar al asombro. Sin embargo, Dios en su amor, muchas veces nos brinda su provisión a través de medios inesperados y de maneras asombrosas. Eso solo nos hace confirmar en que los caminos de Dios siempre son mejores que los nuestros, aunque en el momento no lo entendamos. Que este nuevo día, pese a las dificultades que puedas estar viviendo puedas ser consciente y confiar en que Dios siempre es tu respuesta a cualquier necesidad.

Acerca de este Plan

Provisión Divina

Si estás pasando por un momento de incertidumbre, preocupación o falta de confianza en la fidelidad de Dios, este plan es para ti. Tres días de reflexiones con bases bíblicas a cerca de la provisión del Señor para nuestras vidas.

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Nos gustaría agradecer a Natalia Rosas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: about.me/nrosas