Una mujer sabia por Wendy BelloMuestra

Un viejo refrán de mi país dice: «El que no oye consejos, no llega a viejo». Quizá lo habías escuchado antes. ¡Es muy cierto! Y digo más, puede incluso que lleguemos a la vejez sin haber prestado atención a consejos, pero te garantizo que entonces lo haremos repitiendo una y otra vez los mismos errores o tomando decisiones desacertadas, porque no escuchamos. No fuimos sabias.

Si yo pudiera regresar en el tiempo, ¡cuántas cosas cambiaría! ¿Y sabes? La mayoría de esas cosas erradas fueron el producto de no escuchar consejos, ya fueran de Dios o de personas. En Proverbios 19:20 se nos dice: «Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días».

Una mujer sabia escucha consejos, y quiero partir de que hemos escogido consejeras o consejeros temerosos de Dios, que viven lo que aconsejan y por sobre todas las cosas, aconsejan de acuerdo con la Palabra de Dios. Como hija de luz no puedes buscar consejos en la oscuridad. Esto también es un ejemplo del yugo desigual. Si buscas consejo en el mundo, la perspectiva del mundo es lo que recibirás. ¿Problemas en el hogar, con tu esposo, los hijos? No pidas ayuda a alguien cuyos valores no están cimentados en la verdad de Dios.

Ahora bien, ya que decidimos buscar buenos consejeros, no hacemos nada con pedir consejo si no los vamos a escuchar, si no les vamos a prestar atención. Estoy segura de que puedes citar ejemplos de alguien que recibió buenos consejos, quizá tú misma los diste, invertiste tu tiempo… ¡y luego la persona lo tiró todo por la ventana! O tal vez hemos sido nosotras mismas quienes, luego de escuchar consejos, decidimos prestar oídos sordos.

Recuerdo varias ocasiones cuando era adolescente en que mi mamá me decía: «Esa amistad no te conviene, no es buena». Pero, típico de la edad, decidía que mi mamá no sabía nada y yo tenía toda la razón del mundo… ¡hasta que pasaba un tiempo y veía que mi mamá estaba en lo cierto porque todo sucedía tal y como ella lo había vaticinado! Proverbios 13:18 nos enseña: «Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo…» (RVR1960). Es de sabios prestar atención a los consejos, ¡y de necios ignorarlos! Si tienes la bendición de contar con buenos consejos, no los menosprecies. Si hoy estás escuchando un consejo, préstale atención. Una mujer sabia entiende que «(…) en la abundancia de consejeros está la victoria» (Pr 24:6b).