Una mujer sabia por Wendy BelloMuestra

En una ocasión el Espíritu Santo me confrontó directamente mientras leía Santiago:
«Si alguien se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana». (1:26)
Me quedé sin habla, como quizá estés tú ahora. ¡Hasta qué punto valora Dios nuestro hablar! No podemos tomar a la ligera las advertencias de Su Palabra. Dios toma muy en serio lo de refrenar nuestra lengua. No es cosa de juego ir por la vida diciendo todo lo que pensamos sin sopesar las consecuencias y dando rienda suelta a nuestras palabras. Pero como vivimos en una sociedad que no sabe refrenarse, en ningún sentido, incluso lo justificamos. En pocas palabras el Señor nos dice por medio de Santiago que de nada vale todo lo demás que hagamos, a nombre de ser cristianas, si no ponemos freno a este músculo pequeño al que llamamos lengua.
Recuerdo esas ocasiones en las que he pronunciado palabras sin «filtrarlas»; frases que luego lamento porque no fueron bien escogidas. Proverbios 15:28 dice «El corazón del justo medita cómo responder…».
No siempre podemos decir todo lo que pensamos, o de la manera en que lo pensamos. Es necesario aprender a pensar antes de hablar. ¿Qué hacer entonces? Tenemos que entrenar nuestras mentes para que se detengan antes de hablar. En este caso en particular, algo que me ayuda es hacerme las siguientes preguntas:
¿Son necesarias mis palabras?
¿Van a beneficiar o a perjudicar?
¿Podría expresarlo de otra manera, con amor y sin herir?
La Palabra de Dios nos exhorta a decir siempre la verdad, de modo que no se trata de que «adornemos» las cosas o que no seamos sinceras. Es cuestión de considerar lo que digo y revestirlo de amor, tal y como nos indica Pablo en este versículo: «Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo» (Ef 4:15).
Es difícil controlar nuestra lengua, lo sé. Sin embargo, no es imposible. Dios nos ha dado la capacidad. El dominio propio es parte del fruto del Espíritu Santo en la vida del creyente. Así que es cuestión de someternos a Su guía y obedecer en nuestro corazón. Digamos como el apóstol Pablo que, aunque no lo hemos logrado todavía, proseguimos a la meta.
Acerca de este Plan

Plan con motivo del lanzamiento de nuestro nuevo libro "Una mujer sabia" por Wendy Bello. Basado en principios del libro de Proverbios, La autora Wendy comparte una herramienta para vivir la vida de la mejor manera, como Dios la diseñó, y poder tomar decisiones sabias en los aspectos prácticos del día a día. La meta de alcanzar la sabiduría pudiera parecer difícil, pero en este libro descubrirás que con la ayuda de Dios, y la disposición a seguir Sus principios, sí puede lograrse.
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