Promesas en la DudaMuestra

"El Poder de la Duda"
La raíz de este mensaje viene de la historia del nacimiento de Jesús y de Juan el Bautista. Aunque no hablaremos de ellos directamente en este momento, nos concentraremos en tres personas muy importantes: María (madre de Jesús), Elisabet (madre de Juan el Bautista) y Zacarías (padre de Juan el Bautista).
Veamos cómo llegó Juan a la vida de sus padres.
Juan fue el resultado de una promesa de Dios. De la misma manera, nosotros somos el cumplimiento de alguna promesa divina hecha a nuestros padres. Elisabet anhelaba ser madre y, seguramente, Zacarías también deseaba ser padre. El problema era que Elisabet no podía concebir; físicamente era estéril, pero ante los ojos de Dios, ella no era estéril.
El mundo veía esterilidad, una tierra seca, sin capacidad de dar vida. Pero Dios veía un corazón fértil y una tierra viva, lista para recibir Su promesa.
Aunque el mundo te considere estéril, para Dios eres tierra fértil.
Lo que es imposible para los hombres, para Dios es posible. (Lucas 1:37)
Elisabet creyó desde el primer momento en la promesa de Dios. Sin embargo, en el caso de Zacarías, conocemos el poder de la duda.
Cuando el ángel se le apareció a Zacarías para darle la buena noticia (Lucas 1:11), él dudó y decidió no creer en la promesa. Como consecuencia, quedó mudo.
La duda trae consecuencias. Te hace pensar con una mente pequeña y limitada.
Una mente llena de dudas es una mente que no puede ver más allá de lo evidente.
Zacarías era un sacerdote, un siervo en el templo del Señor, así que seguramente conocía bien el carácter y las promesas de Dios. Dios cerró su boca como consecuencia de su duda - quizá para llevarlo a reflexionar y arrepentirse, quizá también para evitar que su incredulidad influenciara a otros en un momento tan delicado -. Lo cierto es que incluso en medio de la duda, Dios sigue obrando.
Al concluir este primer día, te invito a confiar plenamente en las promesas de Dios sin dudar. Cuando Dios te da una palabra, una visión o una promesa, no permitas que las circunstancias ni tus pensamientos limitados te hagan dudar. Porque nuestras dudas pueden provocar retrasos en el cumplimiento de la promesa.
Pero, aun a través de nuestras dudas, Dios nos enseña a depender más de Él y a esperar con certeza el cumplimiento de lo que ha prometido para nuestras vidas.
Antes de terminar este primer día de lectura, hagamos la siguiente oración:
"Señor, enséñame a confiar cuando mi mente dude, a creer cuando mis ojos no vean, y a guardar silencio si mis palabras no edifican. Que tus promesas, conforme a tu perfecta voluntad, vivan en mí más fuertes que cualquier duda y temor. En el Nombre de Jesús, amén".
Acerca de este Plan

A veces la duda se cruza en el camino, pero eso no detiene a un Dios fiel. Sus promesas siguen firmes, incluso cuando tú te sientes débil. Este mensaje es para ti, que alguna vez has dudado, pero sigues buscando creer. Enfrenta tus dudas con las promesas y el amor de Dios… y verás cómo tu fe renace.
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Nos gustaría agradecer a Juan Diaz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: jadzz.my.canva.site
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