Ven Tal Como Eres: Un Viaje con Jesús para MujeresMuestra

El encuentro de María con el ángel Gabriel en Lucas 1:26-38 es uno de los momentos de fe más extraordinarios en la Biblia. Era una joven común que vivía en Nazaret cuando recibió un mensaje fuera de lo normal: concebiría y daría a luz al Hijo de Dios. Naturalmente, María se sintió confundida y angustiada. Sabía que era físicamente imposible que una virgen quedase embarazada. Pero Gabriel la tranquilizó con una verdad poderosa: "Porque para Dios nada es imposible" (Lucas 1:37, NVI).

La respuesta de María a este anuncio divino es lo que hace que su historia sea tan impactante. A pesar del miedo, la incertidumbre y las enormes implicaciones de esta noticia, ella respondió con fe: "Soy la sierva del Señor," contestó María. "Que Él haga conmigo como me has dicho" (Lucas 1:38). En lugar de resistirse o dudar, María se entregó al plan de Dios, confiando en que Él haría lo imposible.

Fe Ante lo Desconocido

Piensa en lo que María estaba arriesgando al decirle "sí" a Dios. En su cultura, quedar embarazada antes del matrimonio podría haberle causado graves consecuencias: rechazo, deshonra o incluso la muerte. Probablemente se preguntó:

• ¿Qué pasará con mi futuro con José?
• ¿Qué pensará la gente de mí?
• ¿Cómo podré enfrentar algo tan grande para mí?

A pesar de todas estas incertidumbres, María eligió confiar completamente en Dios. Creyó que si Dios la había llamado a esta tarea, Él la capacitaría para cumplirla. Su fe nos recuerda que la obediencia a Dios no requiere que tengamos todas las respuestas, sino que confiemos en Aquel que sí las tiene.

Dios Sigue Llamándonos a Confiar en Él

Aunque ninguno de nosotras será llamada a llevar en su vientre al Hijo de Dios como lo fue María, todos enfrentamos momentos en los que Dios nos pide que demos un paso de fe. Ya sea al tomar una decisión que cambiará nuestra vida, enfrentar un futuro incierto o rendir algo que valoramos, a menudo dudamos. Nos hacemos las mismas preguntas que posiblemente María se hizo:

• ¿Y si fracaso?
• ¿Y si los demás no me entienden?
• ¿Y si no soy lo suficientemente fuerte?

Pero la historia de María nos enseña una verdad clave: Dios no nos llama a lo posible, nos llama a confiar en Él para lo imposible. Si esperamos hasta tener todo resuelto, nunca entraremos en la plenitud de lo que Él tiene para nosotros.

La Clave para Vivir por Fe: Depender del Espíritu Santo

La vida cristiana no solo es difícil, sino que es imposible en nuestras propias fuerzas. Jesús mismo dijo: "Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme" (Mateo 16:24, NVI). Este tipo de entrega no es algo que podamos hacer solas. Por eso Dios nos da al Espíritu Santo; el mismo Espíritu que permitió a María concebir a Jesús es quien nos capacita para seguirlo cada día.

Pablo nos recuerda en Efesios 5:18: "No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno; al contrario, sean llenos del Espíritu". Esto significa permitir que Dios nos guíe, fortalezca y capacite diariamente. Así como María se rindió a la voluntad de Dios, nosotras también debemos rendir nuestras vidas al Espíritu Santo, confiando en que Él nos guiará en todo lo que nos llame a hacer.

¿Cómo Puedes Responder Como María?

1. Confía en Dios en medio de circunstancias difíciles. Aunque no entiendas todo, cree que Dios está obrando para tu bien.
2. Decide estar dispuesta a obedecer. Aunque el camino parezca incierto, di “sí” al plan de Dios para tu vida.
3. Depende del Espíritu Santo. No intentes seguir a Jesús en tus propias fuerzas; pídele al Espíritu Santo que te llene cada día.

Así como María fue invitada a confiar en Dios y aceptar su llamado con fe, nosotras también somos llamadas a hacer lo mismo. Sea cual sea el desafío que enfrentes hoy, recuerda: para Dios nada es imposible. ¿Confiarás en Él?