El amorMuestra

Día 3: Su amor busca darte lo mejor

Ser capaz de mantener una buena actitud en momentos de sufrimiento es una virtud muy importante, pero sufrir continuamente no es la voluntad de Dios para nadie. Dios es bueno y es un ser lleno de amor que está dispuesto a bendecir, a darnos una vida abundante llena de propósitos. El problema es que las personas no creen ni confían en Él. En otras palabras, no conocen a Dios y, por lo tanto, no le piden ni buscan su favor.

El corazón del Señor está abierto para ti en este nuevo día. El Señor te mira con amor; es tiempo de que te prepares porque vienen cosas mejores de parte de Dios que te van a sorprender. Nadie te quitará lo que Dios tiene para tu vida, ¡tus ojos lo verán! Entrega tu vida y tus metas a Dios en este día. Ten fe, Dios te ama y te ayudará.

Ya sea que estés buscando la llenura del Espíritu Santo o si necesitas sanidad, restauración de tu matrimonio, un milagro financiero o lo que sea, solamente debes pedirlo ahora. Dios tiene lo mejor para ti y te lo quiere dar. Levántate en fe y toma las bendiciones que Jesús tiene para ti. No olvides que Cristo te lo dio todo en la cruz del Calvario, solamente tienes que pedirle y tomar lo que ya te pertenece.

Dios es un Padre amoroso y quiere que te mantengas cerca de Él en todo momento. Él quiere acercarte a Él para poder derramarse sobre ti. Dios quiere tener una relación personal e íntima contigo para restaurarte y bendecirte.

Como seguidores de Cristo, nunca debemos olvidar que Él también quiere que vivamos en paz en todas las áreas de nuestra vida, partiendo desde lo espiritual hasta llegar a lo material; entonces confía, Él está trabajando en tu vida. ¡No te rindas!

ORACIÓN

¡Adorado seas tú, Padre de gloria! Gracias por mi vida. Un día más, tengo esta gran oportunidad de venir delante de ti. Mi corazón se goza de estar contigo. Hoy entiendo que tú tienes cuidado de mí en todas las áreas de la vida. Gracias por recordarme que debo vivir más confiado y dejar mis necesidades en tus manos. Gracias, Padre Eterno. ¡Amén!