Devocional Juvenil Experiencia de Adoración de 40 DíasMuestra

Hoy vamos a explorar otra oración sencilla: “Jesús, perdóname”. Para algunas personas, la palabra perdón puede ser incómoda o dolorosa porque la relacionan con el fracaso y la vergüenza. Sin embargo, el perdón no se trata de avergonzarte: se trata de sanarte y liberarte.

Con demasiada frecuencia, dejamos que nuestros errores nos lleven a la autocondenación. Pero ese no es el objetivo de Dios, ni Su forma de motivarnos a cambiar. Dios no busca castigarte ni hacerte sentir como un fracaso por los errores que has cometido, sino rescatarte. Por eso una oración pidiendo perdón trae sanidad y libertad.

La confesión debería ser un hábito diario porque evita que algo se interponga entre tú y Dios. Recuerda que en Jesús, tus pecados son perdonados. La gracia de Dios es infinita y constante. La oración “perdóname” se trata de reconocer tus errores y regresar con Dios. El pecado oculto y no confesado te envenena desde adentro. Cuando abres tu corazón a Dios, permites que Su poder sanador te limpie y transforme. Reconoces que deseas vivir de manera diferente y pides Su gracia para tomar mejores decisiones en el futuro.

En tu tiempo con el Señor esta mañana, permite que Él examine tu corazón, tus actitudes, tus acciones, tus palabras y tus relaciones—no ocultes ninguna área de la presencia del Espíritu Santo. Si has cometido errores o estás viviendo de una manera que sabes que no es sabia ni agradable a Dios, ora: “Jesús, perdóname”. Es el camino más rápido hacia la paz, el amor y el gozo.

Reflexiona

¿Qué significa el perdón para ti? ¿Cómo te hace sentir el perdón de Dios? ¿Hay algo en tu vida por lo que necesites confesar y pedir perdón?