Devocional Juvenil Experiencia de Adoración de 40 DíasMuestra

Mientras seguimos orando la oración sencilla, “Jesús, dame sabiduría y guía”, es importante recordar que no solo estamos pidiéndole ayuda a Dios con nuestros planes. Estamos abriéndonos a Sus pensamientos e ideas, que a menudo son diferentes (¡y mejores!) que los nuestros.

Parte de la sabiduría es discernir si nuestras ideas y pensamientos provienen de Dios, de nuestra propia mente, o tal vez de algo que aprendimos o escuchamos de alguien más. Debemos detenernos y reflexionar si estamos siendo guiados por Dios o si estamos caminando por un camino egoísta.

Santiago describe la sabiduría celestial de esta manera: “Sin embargo, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y del fruto de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera” (Santiago 3:17). Mientras oras y escuchas a Dios, y luego mientras avanzas en tu día, compara tus ideas, deseos y metas con esta descripción.

A menudo, las decisiones imprudentes provienen de cosas como el miedo, la avaricia, la prisa, perspectivas equivocadas o la inmadurez. Nadie es inmune a estas cosas, por eso es importante buscar la guía de Dios cada día en oración y en Su Palabra. Recuerda, Él quiere que pidas sabiduría y promete concederla generosamente.

Tu petición de sabiduría agrada al Señor. Todo lo que necesitas hacer es pedir, escuchar y obedecer.

Reflexiona

¿Cómo sabes si tus ideas y decisiones provienen de Dios o del egoísmo? ¿Cuál es el resultado de seguir la sabiduría de Dios?