Devocional Juvenil Experiencia de Adoración de 40 DíasMuestra

Si alguna vez has intentado hablar con alguien que está distraído, sabes lo difícil que puede ser una conversación así. Las distracciones rompen tu conexión con alguien, pero enfocarte la fortalece. Por eso, una de las claves más importantes para acercarte a Dios es fijar tus pensamientos en Él. Esto incluye elegir centrar tu atención en Él al comienzo de tu día.

Enfocarte en Dios no significa ignorar la “vida normal”. Significa ver todo a través del lente de la bondad y el amor de Dios. Cuando te despiertes cada día, no dejes que tu mente se obsesione con las preocupaciones y metas del día. En su lugar, dirígelas en una dirección específica: hacia Dios.

A menudo digo: “Dale a Dios lo mejor de ti incluso cuando te sientas de lo peor”. La mejor parte de tu día es la primera parte de tu día porque es lo que marca la dirección del resto. Incluso si te sientes medio dormido, dedicar la primera parte de tu día a Dios te ayudará a establecer tus prioridades y a marcar el rumbo para el resto de tu día. A largo plazo, un hábito diario de enfocarte en Dios literalmente cambiará tu vida.

Ahora mismo, tómate unos minutos para centrar tus pensamientos, emociones, metas y planes en Dios. Pregúntate: ¿Qué piensa Dios acerca de mi día? ¿De mis planes? ¿De mí? Cambia tu enfoque de lo que puedes ver a lo que Dios puede ver. Abre tu corazón y tu agenda a Su transformación divina.

Reflexiona

¿Qué significa para ti “pensar en las cosas del cielo”? ¿Cómo podrías hacerlo hoy?