GRATITUD

En 2 Samuel 7:18-29, la palabra del Señor vino al profeta Natán acerca de David sobre todas las promesas que Dios tenía para él. El rey David vino y se sentó en la presencia del Señor, mientras comenzó a hacerle preguntas a Dios sobre la profecía. Su conversación con Dios en este pasaje es de humildad y gratitud por todo lo que el Señor había hablado sobre su vida. David en 2 Samuel 7 dice: “¿Quién soy yo, Soberano Señor, y quién es mi familia, para que me hayas traído hasta aquí? Y como si esto fuera poco a tus ojos, Soberano Señor, también has hablado sobre el futuro de la casa de tu siervo; ¡y este decreto, Soberano Señor, es para un simple humano!”. Mientras David habla con Dios sobre esta profecía inesperada, su humildad y honor por lo que Dios haría en su vida lo conduce a la adoración y la gratitud. David no estaba tan familiarizado con Dios como para perder la reverencia por la Palabra que Dios le hablaba. En cambio, a medida que se acercaba más a Dios y aprendía de Sus planes para su vida, respondió con total gratitud, sabiendo que no merecía esto, sino que era simplemente el plan que Dios tenía para su vida. La conversación de David con Dios en este pasaje estuvo marcada por la humildad y la gratitud. ¿Cuál es tu respuesta cuando el Rey pronuncia una palabra sobre tu vida?

ORACIÓN

Señor, ¡gracias por hablar! Abre mis ojos para ver cuán grande eres y el honor que es servirte. Examina mi corazón y revela cualquier área con la que me haya familiarizado. ¡Quiero adorarte con gratitud, asombro y admiración! Amén.

APLICACIÓN

• Califica tus conversaciones con Dios en una escala del 1 al 10. ¿Qué la llevaría a un 10?
• ¿Cuándo fue la última vez que le agradeciste a Dios? ¿Por qué o por qué no?
• Enumera las áreas en las que estás agradecido con Dios y comienza a agradecerle en voz alta.