Afilando mi espadaMuestra

Pablo, en el capítulo 6 de segunda de Corintios, continúa su defensa del ministerio apostólico y anima a los creyentes a no recibir la gracia de Dios en vano. Él comparte las dificultades y sufrimientos que ha enfrentado, resaltando su compromiso y perseverancia en el llamado que Dios le ha dado. Pablo enfatiza la importancia de vivir de manera coherente con la fe que profesamos, mostrando la pureza y la sinceridad que deben caracterizar la vida de un cristiano. Además, hace un llamado a la separación de influencias y prácticas que puedan comprometer la fe, recordando que somos templos del Dios viviente y que debemos reflejar Su gloria.

Durante la lectura de este capítulo, descubre cómo Pablo nos exhorta a vivir de manera coherente con nuestra fe, perseverando en el llamado de Dios y siendo un testimonio fiel de Su gloria en medio de las dificultades.

Pablo nos invita a considerar lo que nos rodea. ¿Estamos permitiendo que la cultura y las influencias externas nos desvíen de nuestro llamado? Recordar que somos templos del Dios viviente debe motivarnos a proteger nuestra integridad espiritual y a vivir de manera que atraiga a otros hacia Cristo.

A medida que nos acercamos a Dios, somos llamados a ser agentes de reconciliación en el mundo. Nuestra vida debe reflejar la gracia y el amor que hemos recibido, convirtiéndonos en faros de esperanza para aquellos que nos rodean.