Afilando mi espadaMuestra

El libro de Levítico nos invita a examinar el amor como el fundamento de nuestras interacciones humanas. Cuando Dios manda "amarás a tu prójimo como a ti mismo", está señalando que el verdadero amor no es solo una emoción, sino una decisión consciente de buscar el bienestar de los demás, incluso cuando nos han causado daño o no lo merecen.

Además, este pasaje nos invita a reflexionar sobre cómo amamos a los demás. Amar como a uno mismo significa valorar el bienestar de los demás tanto como el propio, buscando su crecimiento, paz y felicidad. No se trata simplemente de evitar el conflicto, sino de ser proactivos en cultivar relaciones basadas en la compasión y el respeto.

Hoy, mientras reflexionas sobre este mandamiento, considera: ¿Cómo puedes practicar el amor hacia aquellos que te rodean, especialmente hacia aquellos que te han herido o con quienes no tienes una buena relación? ¿Cómo puedes ser un reflejo del amor de Dios en tus acciones y actitudes?