Afilando mi espadaMuestra

Pablo en Romanos 9 habla del plan divino de Dios, explicando que en Génesis 21:12, Dios le dice a Abraham: "No te preocupe lo que dice Sara... porque en Isaac te será llamada descendencia." Este versículo se sitúa en el contexto de la difícil decisión de Abraham de enviar lejos a Ismael, su hijo con Agar. Aunque Abraham amaba a Ismael, Dios reafirma que su promesa se cumpliría a través de Isaac, el hijo de la promesa, nacido milagrosamente de Sara. Esta elección no niega el valor de Ismael, pero subraya la soberanía de Dios al elegir cómo y con quién cumplir sus propósitos redentores.

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas. A veces, podemos sentir que nuestros esfuerzos o planes son lo que determinarán nuestro futuro, pero Dios nos recuerda que Él es quien elige y actúa.

¿Cómo estamos respondiendo a la obra de Dios en nuestras vidas? ¿Confiamos en su plan, aun cuando no lo entendemos por completo? La promesa que se cumplió en Isaac también nos apunta hacia Jesús, el cumplimiento definitivo de la promesa redentora de Dios para todas las naciones. Al igual que Isaac, somos llamados por gracia a ser parte de esta familia de fe, no por nuestros méritos, sino por el amor y la elección soberana de Dios.