Afilando mi espadaMuestra

Este capítulo es un recordatorio del poder de la redención de Dios. Él no solo libera a su pueblo de la opresión física, sino también de la esclavitud espiritual. A través de las palabras de Isaías, somos invitados a “despertar”; a dejar de lado las cadenas del pecado y el dolor y a recibir la salvación que Dios ofrece. Isaías nos invita a recibir la salvación, mientras que Pablo en romanos, nos desafía a vivir conforme a ella.

La imagen de los pies que traen buenas noticias nos lleva a pensar en nuestro propio papel como mensajeros del evangelio. ¿Llevamos con alegría y convicción el mensaje de salvación a quienes nos rodean? ¿Tus acciones reflejan la justicia de Dios? ¿Vives como alguien que ha sido liberado y transformado por el mensaje de salvación? Al igual que los pies de quienes llevan las buenas noticias son hermosos ¿cómo puedes ser tú también un portador de esperanza para los demás, viviendo con integridad y siendo justo en tu trato con los demás, como lo enseña Romanos 2?