Afilando mi espadaMuestra

Algunas veces, los cristianos tendemos a pensar que nuestras acciones, logros o al seguir estrictamente algunas reglas específicas nos hacen más cercanos a Dios. Sin embargo, Pablo nos recuerda que la justificación nunca se ha basado en lo que hacemos sino en nuestra confianza en Dios y en sus promesas. Así como Abraham confió en Dios, incluso, cuando parecía imposible que sus promesas se cumplieran, también nosotros debemos confiar en que Dios es fiel para cumplir lo que ha prometido, especialmente la promesa de la salvación a través de Jesucristo.

Hoy te invitamos a pensar si alguna vez has pensado en que tus obras, tu comportamiento o tu servicio te ha acercado a Dios y que reflexiones en la manera en la que Dios nos ha aceptado incluso cuando no somos merecedores de su favor. Esto también es un mensaje de esperanza, ya que no depende de nosotros, sino que podemos apelar a la misericordia de Dios.