Afilando mi espadaMuestra

En Juan 2 puedes observar que cuando Jesús es invitado a tu vida y surge alguna necesidad, Él está dispuesto a obrar a tu favor según tú se lo pidas, pero no con el propósito de simplemente llenar una necesidad, sino que el Padre sea glorificado y exaltado. Recuerda que la honra, la gloria y el honor son sólo para Él.

Hemos aprendido también que no debemos atender las cosas de Dios como simples actividades religiosas que incluso nos traigan un beneficio personal como los mercaderes del templo, nuestro propósito es vivir una vida de adoración verdadera hacia Él nada más.

Esto último se afirma con el cierre del capítulo en el que nos resalta que Jesús conoce el corazón de los hombres, Él conoce las intenciones de nuestro corazón, nos acercamos a Él con un corazón egoísta que solo busca nuestro beneficio o nos acercamos a Él rendidos, maravillados, agradecidos, en exaltación al creador del cielo y de la tierra.

Examina tu corazón y pide al Espíritu Santo que te ayude a acercarte a Él de la manera que le de la gloria que solo Él se merece.