Aprendiendo a ser amadoMuestra

Cómo conocer el amor de Dios
Tú no fuiste quien amó a Dios primero. Dios te amó a ti.
Luchamos por creer que Dios nos ama tan profundamente como lo hace porque primero nos miramos a nosotros mismos en vez de mirarlo a Él.
A menudo basamos el amor de Dios por nosotros en nuestras acciones, disposición y desempeño. Si lo hacemos bien, Dios nos ama más. Si lo hacemos mal, Dios nos ama menos.
Así también nos sentimos acerca de las prácticas de la vida cristiana. Nos parece sentir más el amor de Dios cuando intensificamos una vida de oración, si leemos la Biblia regularmente y si somos fieles a nuestra iglesia local. De acuerdo a esto su amor aumenta o disminuye según nuestras acciones.
Pero debes darte cuenta de que es al revés.
En el libro Aprendiendo a ser amado, exploramos veinte “puertas hacia la intimidad” con Dios. Estas puertas son disciplinas espirituales a través de las cuales los cristianos han experimentado el amor de Dios durante siglos, como la oración, el ayuno, el Sábado y la lectura de la Biblia.
Pero erramos al comprender las disciplinas espirituales. Las vemos como formas de llegar a Dios y demostrarle nuestro amor. Sin embargo, debemos rescatar estas puertas como maneras en las que Dios llega a nosotros y nos demuestra su amor.
No despertamos el amor de Dios cuando oramos. Oramos porque Dios ya nos está hablando con amor. No leemos la Biblia para mostrarle a Dios nuestra devoción. Leemos la Biblia para aprender la devoción de Dios hacia nosotros. No ayunamos para que Dios vea nuestro compromiso con Él. Ayunamos para celebrar el compromiso de Dios hacia nosotros.
Para entender verdaderamente el amor de Dios, necesitamos desechar las mentiras que creemos sobre nuestra relación. La mentira principal es que nuestro amor despierta el amor de Dios. Que nosotros le amamos primero.
Reconocemos mentalmente que esto no es cierto, pero lo sentimos así en nuestros corazones.
Por eso, hoy te invito a meditar en un pasaje de 1 Juan. En él leemos las famosas palabras, “Dios es amor.” Junto a esa hermosa declaración, obtenemos una definición de qué tipo de amor tiene Dios.
El amor de Dios es primero. El amor de Dios origina, principia, persigue e instiga. Él nos amó primero. Antes de que lo conociéramos, obedeciéramos o siguiéramos, Dios nos amó.
Lee este pasaje tantas veces como sea necesario hasta asimilar esta verdad. Tú no amaste a Dios primero. Dios te amó primero.
Escrituras
Acerca de este Plan

Basado en el nuevo libro "Aprendiendo a ser amado", este plan de tres días te ayudará a aprender a pasar de simplemente conocer el amor de Dios a experimentarlo verdaderamente en tu corazón. A través de pasos prácticos y reflexiones sinceras, los autores David Bowden y Mart Green te enseñarán a abrazar la verdad de que Dios te amó primero. Ábrete al profundo e incondicional amor que Dios tiene para ti. Comienza hoy y aprende lo que significa ser verdaderamente amado.
More