Aprendiendo a ser amadoMuestra

Debemos conocer el amor de Dios

El deber más importante que tienes como cristiano es conocer el amor de Dios.

En nuestra mente sabemos que Dios nos ama. Sin embargo, luchamos por reconocer verdaderamente su amor en nuestros corazones. Nuestros labios pueden decir: “Dios es amor”, pero nuestros corazones tienen dificultad para sentirlo. A menudo percibimos el amor que Dios tiene por nosotros como hipotético en vez de experiencial, supuesto en vez de conocido, ideado en vez de realista.

Este conocimiento débil del amor de Dios nos hace sentir inadecuados, culpables, sin rumbo, no deseados y sin esperanza.

La Biblia nos enseña que conocer profundamente el amor de Dios es la única manera de vivir la vida que Él tiene para nosotros. Conocer el amor de Dios es la única manera de seguir a Jesús. Atesorar el hecho de que Dios te atesora es la única forma de ser cristiano.

Jesús enseñó a sus discípulos la importancia suprema de conocer su amor. “Así como el Padre me ha amado, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor” (Juan 15:9).

Permanecer en el amor de Jesús nos dará la fuerza para seguirle (Juan 15:10). Saber que Él nos amó primero nos hará amarlo (1 Juan 4:10). Conocer a Dios íntimamente nos ayudará a superar nuestras dudas, culpas y vergüenzas (Romanos 8:32).

Entonces, la pregunta que debes hacerte es: ¿cómo aprendemos a ser amados?

En este plan de lectura exploraremos algunas formas prácticas de conocer el amor de Dios; están descritas ampliamente en el libro Aprendiendo a ser amado.

Sin embargo, para comenzar, debemos confesar que no podemos hacer esta labor solos.

Conocer el amor de Dios no es una obra de manos o voluntad humana. Es una obra del Espíritu Santo.

Por esto, para comenzar nuestro trayecto en el aprendizaje del amor de Dios, debemos orar una oración del libro de Efesios.

Al dirigirte al pasaje de hoy, tómate el tiempo para leer y entender lo que Pablo, el autor, está diciendo. Él ora para que el Espíritu Santo fortalezca a sus lectores para conocer el amor de Dios en lo más profundo del ser en cada uno.

Después de familiarizarte con el pasaje, te invito a apropiarte de esa oración. Clama a Dios, pídele que fortalezca tu corazón para comprender su amplio y profundo amor por ti.

Solo el Espíritu Santo en ti puede hacer esta obra. Así que ora. Luego, cuando estés listo, daremos juntos el siguiente paso en el Día 2.