Padre De Gloria, Dame SabiduríaMuestra

«La herencia de Dios en y entre los santos»

La herencia de Dios está en y entre los santos. Nosotros, los santos, somos herencia de Dios. No obstante, lo que somos por naturaleza humana no puede ser herencia de Dios. Él no desea heredar nuestra naturaleza, nuestra carne o nuestro ser natural; desea heredar todo lo que ha forjado de sí mismo en nosotros. Por consiguiente, todo lo que Dios imparte de sí mismo en nosotros se constituye su herencia.

Recordemos que Dios nos constituyó su herencia, su posesión adquirida, y nos permitió participar de todo lo que Él es, de todo lo que Él tiene y de todo lo que logró, que es nuestra herencia. Finalmente, todo esto llegará a ser la herencia de Dios en los santos por la eternidad. Esto será su expresión eterna, su gloria con todas sus riquezas, que lo expresarán plena, universal y eternamente.

Hemos visto que Dios está en proceso de impartirse a sí mismo en nosotros paulatinamente. Todo lo que Él imparte en nosotros llega a ser su herencia. Un día, Dios nos heredará; de hecho, Él se heredará a sí mismo en nosotros. Dentro de nosotros se ha depositado cierta cantidad de herencia de Dios. Cantidad que depende de cuánto Dios se ha forjado en nuestro ser. Debemos pedir al Señor que nos muestre cuánto crecemos y manifestamos de Él. No piensen que hacer esto es ser introspectivos. Necesitamos que Dios nos muestre cuánto de nuestro ser está constituido de Él, y cuánto, de nosotros mismos. 

Generalmente los creyentes no piensan así. Ellos se pesan a sí mismos conforme a la ética; bueno, malo, correcto, incorrecto, amor y odio. Sin embargo, la báscula que debemos usar para pesarnos, es Dios mismo. ¿Cuánto de Dios hay desarrollado y manifestado en nosotros, en nuestra vida familiar y en la vida como iglesia? Si nos pesamos de esta manera, descubriremos que tenemos muy poco de Dios formado y manifestado. Nuestra expresión adecuada como cuerpo de Cristo, no es una vida de virtudes naturales, sino una vida de virtudes divinas, las cuales son la expresión de Dios en su herencia en y entre los santos.

Este es el contenido de las bendiciones que nos brinda el Dios Triuno. Poder divino, es el único medio por el cual obtenemos esperanza y llegamos a la gloria. Así como esperanza y gloria deben ser algo objetivo, la supereminente grandeza del poder de Dios con nosotros debe ser vivencial, ya que es algo que se puede experimentar. El poder de Dios con nosotros es supereminentemente grande,  debemos conocerlo y experimentarlo.