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Cruz y corona

DÍA 5 DE 7

La resurrección: Por qué es importante

¿Y si Jesucristo no hubiera resucitado de entre los muertos? ¿Dónde nos dejaría eso? ¿Qué seguridad tendríamos sobre cualquier cosa en la vida? Nuestra confianza, nuestros pensamientos sobre la muerte y nuestras esperanzas para la existencia después de esta vida se verían afectados.

Dios sabía que la resurrección del Señor Jesús suscitaría muchas preguntas en nuestras mentes; por eso guió a Pablo para que nos proporcionara algunas respuestas. En 1 Corintios 15:14, el apóstol aborda el tema: “Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe”, escribe.

Esto significa que, si la resurrección no hubiera ocurrido, nuestra fe sería vacía y sin fundamento; seríamos falsos testigos, difundiendo mentiras; todos nuestros esfuerzos por la fe serían inútiles; y leer las Sagradas Escrituras y compartir las buenas nuevas sería una pérdida de tiempo (1 Corintios 15:17). Todos los seguidores de Cristo que murieron creyendo que estaban destinados a la vida eterna habrían perecido; su esperanza del cielo no habría sido más que una ilusión (1 Corintios 15:18). Lo peor de todo es que aún estaríamos viviendo en nuestros pecados (1 Corintios 15:17), todavía bajo la culpa, y debiendo nuestras vidas como el castigo por nuestras transgresiones (Romanos 6:23). Pablo lo resume de la siguiente manera: "Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres" (1 Corintios 15:19).

Gracias a Dios, nuestra esperanza va más allá de esta vida, porque el Señor Jesucristo de cierto ha resucitado de entre los muertos. Dios, en Su sabiduría, nos dejó pruebas irrefutables. Para empezar, la tumba estaba custodiada por soldados romanos, que enfrentaban la muerte inminente si no cumplían con las órdenes. Aunque esta precaución era para evitar que los seguidores de Cristo robaran el cuerpo y afirmaran de manera falaz que Él había resucitado (Mateo 27:62-66), la tumba terminó estando vacía. Otra indicación es la transformación de las vidas: algo significativo tuvo que haber ocurrido para que los temerosos discípulos de Cristo se convirtieran en audaces proclamadores del evangelio a pesar de las fuertes amenazas (Juan 20:19).

Y lo que es más importante, el propio Señor Jesucristo prometió que Él resucitaría de entre los muertos (Mateo 16:21). Afirmó ser uno con el Padre (Juan 10:30), así que, o bien Él era y es el Hijo del Dios viviente, o bien era un mentiroso. Pero los registros muestran que el Señor nunca dijo una mentira (Juan 14:6). Todo lo que prometió o predijo se cumplió, tal y como dijo que ocurriría, excepto aquellas profecías que aún están por venir (como es Su segunda venida). Estas también ocurrirán algún día, con la exactitud con la que Él las predijo, porque no hay nada de falsedad sobre el impecable Hijo de Dios (Juan 7:18).

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Acerca de este Plan

Cruz y corona

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Nos gustaría agradecer a In Touch Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.encontacto.org/planes

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