OBJETIVO #2: SER COMO ÉL

Para Jesús, el objetivo del discipulado era estar junto a Él para llegar a ser como Él. Esto lo vemos en la rúbrica de Jesús: “El discípulo no es superior a su maestro ni el siervo superior a su amo, (Ver Mateo 10:24) pero todo aquel que esté completamente capacitado será como su maestro". Los aprendices de Jesús son aquellos que se inscriben en este programa de formación, quienes organizan sus vidas en torno al objetivo de crecimiento y madurez espiritual.

(Los que no son aprendices de Jesús son los que organizan sus vidas en torno a cualquier otra cosa).

El proceso de crecimiento y cambio se llama “formación espiritual”. La formación espiritual no es solo un tema cristiano; es un tema humano.

Ser humano es cambiar. Seamos religiosos o no, crecemos, evolucionamos, nos desmoronamos y nos recomponemos. No podemos evitarlo; la naturaleza del alma humana es dinámica, no estática. Es por eso que mostramos fotos de infancia en las bodas y fotografías de bodas en los funerales: todos estamos fascinados por este proceso de cambio.

Entonces la pregunta no es: ¿Estás siendo formado?

Es, ¿en quién o en qué estás siendo formando??

La formación espiritual en el Camino de Jesús es un proceso que los monjes han llamado imitatio Christi, o “la imitación de Cristo”. El Padre quiere que seamos “conformados a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29). Increíblemente, cuando esto sucede, nos convertimos en nuestro yo más profundo y verdadero: el yo que Dios tenía en mente cuando quiso que existiéramos antes de que comenzara el tiempo.

La ironía de nuestra cultura que dice “sé fiel a ti mismo” es que todos terminan siendo iguales. Resulta que el pecado es increíblemente cliché. Recurrimos a nuestros instintos animales básicos de autoconservación y placer: avaricia, glotonería, inmoralidad, mentiras, juegos de poder... Es la misma historia que se repite, generación tras generación.

Alguien verdaderamente original es aquel que practica el Camino. Porque nadie es más original que un santo.

Te estás convirtiendo en una persona; eso es inevitable.

Y vas a terminar en algún lugar de la vida.

¿Por qué no convertirte en una persona impregnada del amor de Jesús?

¿Por qué no ser como Él?

¿Qué cualidades de Jesús deseas tener en ti con más ansias? Detente ahora y ora para que el Espíritu de Jesús forme esas cualidades en tu ser interior.