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Cuando Dios dice que esperes

El apóstol Pablo experimentó un radical cambio de vida. Empeñado en destruir a los seguidores de Jesús, Pablo, que en ese entonces se lo conocía como Saulo, iba de camino a Damasco, Siria, cuando Jesús interrumpió sus planes. Apareciendo en una resplandeciente luz, Jesús le preguntó a Pablo por qué le perseguía. Era una pregunta extraña ya que Jesús estaba en el cielo pero Jesús se refería a la persecución de sus seguidores y de la iglesia. Durante tres dias Pablo perdió la vista y luchó contra todo lo que había conocido y creído hasta que Dios envió a Ananías quien bautizaría a Pablo como un nuevo seguidor de Jesucristo. 

Immediatamente vemos que Pablo comenzó a testificar en Damasco acerca de su increíble cambio de vida. Como autor de la mayor parte del Nuevo Testamento y uno de los más famosos misioneros que ha existido, la mayoría de los cristianos asume que después de Damasco, Pablo se convirtió rápidamente en el famoso maestro y líder de la iglesia del que leemos hoy día. Pero no fue así. De hecho, después de convertirse en seguidor de Jesús, Pablo no sólo pasó tres años en el desierto sino un total de 14 años de oscuridad, mayormente en su pueblo natal Tarso. 

¿Cuál es el significado de todo esto? Bueno, tal como muchos líderes prominentes de la Biblia, Pablo pasó por un tiempo de espera, lucha e incertidumbre. Piensa en Moisés, Elías, y aún en Jesús quienes pasaron etapas en el desierto y esperaron antes de comenzar su ministerio. 

¿Estás pasando por una temporada de espera? Quizá tu relación actual o la trayectoria de tu carrera parezca ser tu propio desierto, un tiempo difícil, lleno de incertidumbre. Es fácil sentirse desanimados y listos para rendirnos. Toma aliento, no estás solo. Ninguno de los líderes influyentes que conocemos logró serlo de la noche a la mañana. Confía en el tiempo de Dios y en su plan, aún cuando Él te diga "espera".