Una vida de intimidad con DiosMuestra

Dios no tiene twitter, pero yo lo sigo
“...Dios nunca abandona a los que buscan su ayuda”, Salmo 9:10 (PDT).
¿Recuerdas la cantidad de demonios que Jesús echó del gadareno? Una legión, Marcos 5:9. El diablo no puede entrar en la vida de una persona si no tiene el permiso para hacerlo. En el mismo pasaje se nos dice que los demonios necesitaron el consentimiento de Jesús para entrar en los cerdos y, en otra oportunidad, Satanás pidió permiso para zarandear a Pedro. Como no tiene permiso de lo alto para tomarnos por la fuerza, él está obligado a esperar oportunidades para atraparnos astutamente, como lo hizo con Adán y Eva y también con el gadareno. El diablo nos engaña, nos seduce y nos miente. Su propósito es quitarnos todo. Y él no perdona. Una vez en sus manos nos torturará sin piedad y sin límites. ¡Cuidado! Hay mil caminos que te conducen al infierno, pero no hay uno solo que te saque de allí.
El diablo no puede arruinarte, a menos que consiga antes tu autorización para hacerlo. ¡Y tu pecado le da esa autorización! Es una tragedia que nos cause más temor la santidad que el pecado. El mandamiento es a ser santos. No te apoltrones con el pecado. Necesitamos que Dios agite nuestra conciencia hasta que sintamos cuán repugnante es el pecado. O Dios destruye el pecado de tu vida o el pecado te destruirá a ti. El que peca no ora y el que ora no peca.
Ahora bien, el ministerio de Jesús involucra los cementerios, pues vino para dar vida a los muertos. ¿Te sientes como el gadareno? ¿El diablo te robó? ¿Perdiste a tu familia? ¿Estás en tormento mental, confusión o depresión? Imita al gadareno. “…Cuando el hombre vio a Jesús a lo lejos, fue a él corriendo, se arrodilló ante él”, Marcos 5:6, PDT. En medio de su batalla más difícil él corrió a Jesús. ¡Tú deberías hacer lo mismo! Solo existe un pecado que Dios no puede perdonar: EL PECADO NO CONFESADO. No hay batalla que Él no pueda ganar. No hay desierto del que no te pueda sacar y no hay familia que no pueda restaurar. Corre hacia Jesús y no huyas de Él. ¿Puedes creer que Dios te devolverá lo que el diablo te robó? ¿Tienes la fe suficiente para creer que Jesús te liberará de tu opresión mental? Deberías creerlo, el Dios que frustró los planes del diablo con el gadareno también lo hará contigo.
“Amado Señor hoy corro desesperadamente a ti. Necesito tu intervención, tu liberación, tu paz. Oro en Cristo Señor. Amén”.
Escrituras
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/