Inagotable graciaMuestra

Inagotable gracia

No hay un solo día en el que, como hijos de Dios, podamos decir que hemos sido abandonados por la gracia con la que inmerecidamente nos ha abrazado nuestro Padre. Sea lo que sea que vivamos, estamos siempre bajo Su radar. Él nunca deja de mirarnos. No estamos fuera de Su alcance, y nada de lo que vivimos escapa a Su voluntad.

Bendita gracia que nos llena y nos sacia, bendita gracia que nos vivifica en fe y en poder, en Cristo Jesús. Maravillosa gracia que nos resguarda en tiempos de dificultad, que suple sobrenaturalmente cada necesidad, que se ocupa de cada detalle que concierne al cumplimiento de los propósitos que nuestro Padre ha determinado llevar a cabo con nosotros.

Inagotable gracia que nos sostiene en medio de la debilidad, que nos levanta cuando sentimos desfallecer, que nos restaura cuando pensamos que hemos sido derrotados y que nos aviva en el espíritu para seguir caminando con esperanza en Sus caminos.

Es innegable la gloriosa manifestación de la gracia de Dios sobre nosotros, Sus hijos. Sin Su gracia, nuestra existencia no tendría sentido; estaríamos perdidos, no habría manera de vivir motivados un solo día. Por Su gracia, vivimos; por su gracia, tenemos propósito; por su gracia, somos benditos en todos nuestros caminos.